¿Sabe usted gestionar su ciclo de energía?


Prácticamente todo a nuestro alrededor es cíclico. Obviamente, las personas y todos los seres vivos también tenemos nuestros ciclos.
Hoy hablaremos de uno muy importante para el ser humano: el ciclo de energía y como gestionarlo.


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Después del día viene la noche, después de una inhalación viene una exhalación, después de la sed viene la saciedad, invierno y verano… y así sucesivamente.
Algunos de estos ciclos son de alta frecuencia, es decir, que se completan rápidamente, por ejemplo, respirar. Otros ciclos, en cambio, son de frecuencia más baja, como la sed.
Uno de los más importantes experimentados por los seres vivos es el ciclo de energía.


El ciclo de energía son todos los flujos y reflujos de energía que ocurren dentro de nosotros.

Considere esto: casi todo lo que hacemos en la vida, o bien aumenta nuestros niveles de energía, o los disminuye.
Por ejemplo, consumir alimentos o dormir, mejora nuestros niveles de energía, mientras que trabajar o hacer ejercicio físico los disminuye.

Es significativo entender el ciclo rítmico de energía que ocurre dentro de nosotros, porque en él se encuentra el secreto para mantener nuestra positividad emocional. En otras palabras, comprender el flujo de energía es importante para entender la felicidad.


Exceso de energía

Imagine que usted ha tenido una buena noche de sueño y que antes de eso, disfrutó de una nutritiva cena. Cuando despierte, seguramente tendrá altos niveles de energía física y mental. En esa situación, el cuerpo le pedirá gastar esos excesivos niveles de energía a través de alguna actividad. Por lo general, la mayoría de nosotros gastamos a diario ese exceso trabajando o estudiando. Si además nos agrada esa actividad, experimentaremos estados emocionales positivos inducidos por el gasto de energía.
Los niños pequeños, gastan ese mismo exceso de energía aprendiendo y jugando.

Los animales gastan el exceso de energía de diferentes maneras, algunos lo hacen corriendo y saltando, por ejemplo los ciervos. En cambio otros lo hacen mediante simulacros de combate o juegos violentos, tal es el caso de los felinos.


Gastar el exceso de energía produce emociones de “alta frecuencia” como son la alegría y la exitación. En cambio, las actividades que ayudan a reponer esa energía inducen a emociones de “baja frecuencia”, como la calma y la paz.

Ciclo de energía y los estados emocionales

Reconocer y saber gestionar la relación entre el ciclo de energía y los estados emocionales es útil por muchas razones, veamos las 3 principales.

En primer lugar, ayuda a obtener una mejor comprensión de cómo mantener una positividad emocional. En este sentido es que debemos reconocer que es imposible estar siempre en un estado positivo alto, es decir, no es posible estar siempre alegre o excitado. Sin embargo, es posible alternar los estados positivos altos con los bajos.
O sea, si uno se las arregla para encontrar la manera de reponer y gastar energía a medida que la necesitemos, podremos oscilar entre los estados de alegría-excitación y calma-paz sin entrar en el terreno negativo.

Aún en circunstancias que no nos sean tan favorables, el mero conocimiento de que la felicidad está ligada al flujo de energía, nos ayudará a manejar mejor nuestras actividades y el tiempo con el fin de hacer más fácil la optimización de los ciclos de energía. Por ejemplo, reconocer la importancia del sueño, ya que es un importante medio para restaurar los niveles de energía.
Del mismo modo, asumir que la reposición constante de energía, por ejemplo comer y dormir sin ninguna actividad física o mental, no puede producir una felicidad duradera.

En segundo lugar, nos ayuda a entender lo que podría ser una baja en nuestra energía mental pero no en nuestra energía física y viceversa.
En particular, es importante entender que cuando estamos bajos en energía mental (por ejemplo, después de una jornada laboral), es probable confundirla con bajos niveles de energía física, por lo tanto, nos sentimos reacios a participar en actividades físicas, como por ejemplo, ir a jugar al fútbol o a un gimnasio (actividades que de hecho nos brindarán felicidad).
Del mismo modo, cuando nos vamos de vacaciones gastamos mucha energía física pero no mental, es por ello que tanta gente se lleva un libro para leer o si vamos a otro país, intentamos aprender aunque sea algunas frases del idioma del país al cual vamos, o aspectos culturales del lugar.

En tercer y último lugar, comprender la relación entre el flujo de energía y las emociones ayuda a entender que los seres humanos no estamos diseñados para “minimizar el gasto de energía”. En otras palabras, no somos holgazanes por naturaleza.
Cuándo no nos gusta gastar energía, en realidad, lo que no nos gusta es la forma en que la estamos gastando. No nos gusta lo que estamos haciendo. Esto no es bueno, ya que el proceso del gasto de energía debería producir alegría.
Aquellas personas que tienen la suerte de gastar la energía en algo que les gusta, experimentaran la felicidad sobre una base más sólida.
Incluso aquellos que no han encontrado su vocación, pueden experimentar la felicidad del proceso de gasto de energía si logran engañarse a si mismos con la creencia de que lo que están haciendo tiene sentido (la necesidad de estar ocupado).


Para terminar...

Todos los seres vivos tenemos un ciclo de energía fluctuando constantemente dentro de nosotros, que sabiendo reconocer sus alternancias y variaciones, y aún en circunstancias adversas, podríamos lograr uno de los grandes deseos del ser humano: ser (un poco) más felices.



El camino al éxito empieza temprano


Un estudio sugiere que la educación temprana proporciona ventajas de largo plazo.
Los niños que asisten al preescolar desde muy pequeños, obtienen significativos beneficios en el cerebro, que repercutirán siendo ya adultos.


preescolar éxito

Un grupo de investigadores de la Universidad de Chicago, ha publicado los resultados de un estudio de más de 25 años de duración observando los efectos de concurrir al preescolar en niños a partir de los 2 años de edad.
El seguimiento comenzó evaluando a 1200 niños de 2 a 5 años de 8 diferentes centros preescolares de la ciudad de Chicago.
Como grupo de control, se tomó a un total de más de 300 niños que no asistían a ningún establecimiento preescolar.

Después de 25 años el resultado fue que los niños que asistieron a centros preescolares, obtuvieron mayores ingresos, eran más propensos a tener una mejor atención de salud y tenían menos probabilidades de tener problemas con la justicia.
Un dato interesante es que quienes mostraron los mayores beneficios, fueron los hijos de padres desertores escolares.


Uno de los hallazgos más importantes sobre el desarrollo, muestra que el cerebro tiene períodos críticos de aprendizaje. Si se priva al cerebro de información durante un determinado momento, nunca podrá desarrollarse adecuadamente, la oportunidad se pierde. Por otro lado, algunas de las experiencias tempranas pueden mejorar el desarrollo de un cerebro joven.

Konrad Lorenz y los gansos

En los años 30 el etólogo y ganador del premio Nobel, Konrad Lorenz, realizó la famosa prueba de los gansos. Lorenz sabía que los pichones de gansos desde el momento que pueden caminar, siguen a su mamá. Lo que no sabía era si los gansos mediante algún mecanismo instintivo del cerebro seguían solamente a su madre biológica, o si por el contrario, aprenden a seguir a lo que está más cerca y ven primero.
Para quitarse las dudas, tomó dos grupos de huevos, al primer grupo los colocó cerca de su madre para que cuando nacieran, fuera lo primero que vieran. Posteriormente y como normalmente ocurría, los polluelos seguían a su madre a donde fuera.
Al segundo grupo, Lorenz los puso cerca de él mismo, el resultado fue que lo siguieron como si él hubiese puesto los huevos.

Konrad Lorenz

En un segundo experimento, Lorenz colocó a los polluelos de los dos grupos en el mismo nido con su madre biológica. Pasado unos minutos los del primer grupo salen del nido y comienzan a seguir a su madre. Los del segundo grupo no siguieron a su madre, sino a Lorenz.

El experimento de Lorenz explica como algunos animales, lo que aprenden en un determinado momento crítico, bien o mal, es lo que moldeará el resto de sus vidas.
Con los seres humanos ocurre lo mismo, si los niños en sus primeros años de vida no aprenden determinadas habilidades, después será demasiado tarde.


Además de aumentar las perspectivas en el nivel de vida, según cálculos realizados por los investigadores, la educación preescolar en un centro público de un niño le cuesta al estado aproximadamente unos 12 mil dólares, pero los beneficios futuros estimados en términos de aumento de productividad y otros gastos, por ejemplo, reducción de costos en el sistema judicial, supone un ahorro al estado de poco más de 150 mil dólares.

Para terminar

Los niños que asisten a establecimientos preescolares adquieren habilidades esenciales, como por ejemplo las más importantes: aprenden a socializar con sus compañeros, a manejar mejor el estrés y a resolver problemas.
No en vano, el profesor de ciencias biomédicas de la Universidad de Chicago, Robert Gibbson, asegurara que... “No existe mejor potenciador cognitivo en el mundo que la educación temprana”.



Hombres y mujeres: Como reaccionamos ante un momento tenso


Hombres y mujeres tienen diferencias fundamentales en la forma de responder a una situación tensa.
Veamos porqué no reaccionamos de la misma manera.


Hombre mujer momento tenso

Imagínese que es de noche y usted está caminado por una calle solitaria, de repente, aparece un individuo con una navaja y le pide el dinero. ¿Qué hace ante esa situación?
La respuesta es: depende, si es hombre o mujer.
Si usted es hombre seguramente o enfrentará al ladrón o saldrá corriendo tan rápido como pueda, una reacción de “luchar o huir”. Mientras que si usted es mujer lo más probable es que trate de desactivar la situación, incluso intentando dialogar con el atracador.


Hombres y mujeres

El pionero de la investigación sobre el estrés, Walter Cannon , ya en la década del 30 decía que “en el macho, luchar o huir es una respuesta fisiológica a un momento de gran tensión, no sólo en los humanos, sino también en algunos animales”, como veremos más adelante.
Esta respuesta es controlada por el sistema nervioso simpático, el mismo que se ocupa de las funciones automáticas del cuerpo, como la respiración.
En situaciones de tensión, este sistema se pone en alerta y provoca el aumento de la frecuencia cardíaca, la presión arterial y acelera la respiración. A su vez libera grandes cantidades de cortisol y norepinefrina en el torrente sanguíneo. De alguna manera, está preparando a la persona para enfrentarse a su enemigo o para correr.

Ante una situación similar, el sexo femenino reacciona de manera diferente al hombre. Si bien la mujer también muestra un aumento de la presión arterial, en lugar de prepararse para luchar o huir, es más propensa a expresar un comportamiento social de afinidad, ya sea para entablar un diálogo, o en otro tipo de conflicto, para buscar apoyo social en familiares o amigos.
Su organismo, en vez de liberar cortisol, segregará endorfinas, un neuroquímico que ayuda a calmar el dolor, también libera oxitocina, la hormona que nos motiva a comportarnos de una manera más amigable.


Un estudio realizado en la universidad de Los Ángeles demostró que si encerramos a dos monos machos adultos que nunca estuvieron juntos, dentro de una misma jaula, van a luchar y tratar de establecer un dominio de uno sobre el otro, perfectamente pueden llegar a matarse. En cambio, si colocamos a dos hembras en una misma jaula, reducirán la incomodidad y la tensión mediante el intercambio de conductas de aseo, el aseo es una de las principales formas de afinidad entre los monos, ya que genera liberación de endorfinas y reduce el estrés entre quienes participan.

¿Por qué las diferencias entre hombres y mujeres?

El culpable sería el gen SRY, que los hombres poseen en el cromosoma Y. Este gen se creía que participaba solamente en el desarrollo de los genitales masculinos en el útero materno, pero estudios de hace unos años, han encontrado proteínas producidas por el gen también en el cerebro y otros órganos.
Resulta que las proteínas del gen SRY regulan la secreción de algunos neurotransmisores como por ejemplo la norepinefrina, la serotonina y la dopamina, que juegan un papel importante en la actividad neuronal y la función cardiovascular.
A partir de esto, se supo que el gen SRY y sus proteínas contribuyen al aumento de la presión arterial y a la activación de todos los mecanismos que facilitan la expresión de respuesta de lucha o huida.

Como las mujeres no tienen este gen, sus respuestas a situaciones de tensión están reguladas por otros genes y otros cambios fisiológicos relacionados con las endorfinas y oxitocina. Estos cambios fisiológicos son los que facilitan la respuesta de dialogar e intentar desactivar la situación.


No todo es blanco o negro

Pero estos procesos fisiológicos son controlados por múltiples genes, y en algunos casos, la fisiología masculina y femenina se parecen más de lo que podríamos pensar.
Por ejemplo, aunque los hombres tienen, en promedio, mucha más testosterona que las mujeres en su cuerpo, hay mujeres que tienen niveles altos de testosterona, en algunos casos, tan altos como los hombres.

Estudios llevados a cabo en Australia han demostrado que cuando las mujeres con altos niveles de testosterona responden a una situación muy estresante, por ejemplo, como la que describimos al principio del ladrón con una navaja, pueden mostrar un comportamiento más masculino, o sea de luchar o huir. ¿O nunca ha sentido de la efectiva patada femenina en la ingle?



¿Cómo se relacionan la competencia y la motivación?


Competencia y motivación, dos palabras muy utilizadas en los últimos tiempos.
La competencia, en cierto modo, funciona cuando alguien que está cerca nuestro y hace lo mismo que nosotros. Esta situación, a su vez, acciona nuestra motivación. ¿Esto funciona siempre de la misma forma? Veamos algunos casos.


competencia motivación

¿Cuántas veces nos hemos valido de alguna forma de motivación para una competencia? O las empresas que utilizan la competencia para motivar a su personal.
¿Funciona siempre igual la relación competencia-motivación?
Las personas damos por hecho que la competencia nos va a motivar a hacer cosas, sin embargo algunos estudios coordinados por distintas universidades muestran que la competencia solo es motivante en ciertas circunstancias.


La competencia motiva mucho a los hombres pero poco a las mujeres

Una investigación realizada por el departamento de psicología de la Universidad de Chicago, mostró que las niñas y mujeres no responden de la misma manera a la competencia que niños y hombres.
En general, la competencia aumenta el rendimiento de los varones (tanto niños como hombres), pero no siempre aumenta el rendimiento en el sexo femenino (niñas y mujeres).
Si las mujeres están compitiendo con otras mujeres es posible que haya una mejora en el rendimiento, aunque no suele ser grande. Y si la competencia es contra hombres, no muestran prácticamente ninguna mejora en su rendimiento.


Menos competidores, más motivación

¿Ha tomado alguna vez alguna prueba escrita en un salón con mucha gente a su lado? ¿Cuánta gente había en el recinto cuando estaba realizando el examen?
La investigación realizada por profesores de la Universidad de Michigan muestra que este detalle puede ser muy importante.
Los investigadores evaluaron los resultados varias pruebas SAT (utilizada en USA por muchos colegios y universidades como prueba de admisión) de lugares donde el recinto en el cual se tomaba la prueba, no tenía muchos estudiantes. Estas pruebas fueron comparadas con pruebas en donde en el recinto había un gran número de gente haciendo la prueba.
Por supuesto que las pruebas fueron comparadas teniendo en cuenta distintos factores académicos.

Los resultados arrojaron que los estudiantes que realizaron el examen en un recinto con un menor número de personas tuvieron una mejor puntuación.
La hipótesis de los investigadores es que cuando hay pocos competidores, quizás inconscientemente, la persona siente que le será más fácil ocupar los primeros lugares y por lo tanto se esfuerzan más.
En cambio cuando hay mucha gente la motivación disminuye, quizás por la creencia de que será más difícil estar entre los primeros lugares.


Competencia imaginaria

Los investigadores decidieron llevar la investigación anterior un paso más allá y resolvieron probar la teoría en el laboratorio.
Se solicitó a distintos estudiantes completar un cuestionario sobre preguntas de conocimiento general, se les pidió que fueran lo más rápido y precisos posible.
Los investigadores en realidad habían dividido previamente a estos estudiantes en dos grupos. A los estudiantes del primer grupo se les dijo que estaban compitiendo con otros diez estudiantes. A los del segundo grupo se les dijo que estaban compitiendo con otros cien estudiantes.
Los resultados arrojaron que los participantes del primer grupo completaron el cuestionario significativamente mejor que los del segundo grupo.


Ambas investigaciones tuvieron resultados similares: a medida que el número de competidores aumenta (reales o imaginarios) la motivación para competir disminuye.

Para terminar

De cualquier manera, la competencia (y su dosis de motivación asociada) desempeñan un papel muy importante en el desarrollo del ser humano. Ya en la infancia, competimos jugando con otros niños; más tarde competimos para obtener mejores calificaciones, para conquistar a nuestra pareja, competimos en el ambiente laboral, etc.

Distintos estudios científicos indican que la competencia social a lo largo de la historia, ha contribuido a aumentar la inteligencia y la capacidad de razonamiento de la raza humana.
Por tanto, podemos decir que competencia y motivación fueron y son imprescindibles para el desarrollo de la humanidad; y que en realidad, son reacciones ancestrales aprendidas que hemos ido adaptando a las necesidades de las sociedades modernas.



Redes cerebrales y economistas impasibles


Los seres humanos tenemos dos redes cerebrales que son antagónicas, una se activa con la interacción social, la otra se activa con el razonamiento mecánico.
¿Qué tienen que ver los economistas?... ya lo veremos.


red cerebral economista

Hace unos años los científicos identificaron dos redes cerebrales opuestas: la Red Neuronal por Defecto (DMN, por sus siglas en inglés) y la Red de Atención Ejecutiva (EAN).
La red DMN esta activa cuando, por ejemplo, tenemos recuerdos personales, cuando imaginamos el futuro, cuando nos ponemos en el lugar de los demás, cuando soñamos despiertos, etc. En cambio la red EAN se activa cuando tenemos que ejercer el control sobre nuestra propia atención o sobre objetos físicos, por ejemplo esta red está muy activa cuando estamos en una entrevista de trabajo o realizando algún tipo de cálculo numérico.

La particularidad es que estas dos redes se oponen, o sea, cuando una red se activa, la otra se desactiva, es por ello que el cerebro no puede trabajar con razonamiento mecánico y social al mismo tiempo.


La investigación

Hace unos años y en el marco de un estudio sobre estas redes, investigadores de la universidad “Case Western” realizaron un experimento. Se les solicitó a un grupo de estudiantes que mirasen una película, las escenas de dicho film eran ricas en contenido emocional. Posteriormente a los mismos estudiantes se les solicitó que armaran distintas estructuras con piezas de Lego.
En ambas instancias, los cerebros de los participantes del estudio estaban escaneados por un equipo de resonancia magnética.

Lo que los investigadores comprobaron fue que, cuando los estudiantes observaron las imágenes con alta carga emocional, la red DMN se mostró intensamente activa, en contraste la red EAN estaba apagada. En cambio cuando armaban las piezas mecánicas, la red EAN era la que se mostraba activa.


Estos resultados apuntan a que tenemos dos versiones diferentes de la realidad externa y que estas dos redes están compitiendo a cada instante entre sí por el control de lo que percibimos.
O sea, tenemos básicamente dos modos distintos de pensamiento, uno que se centra en las interacciones sociales y emocionales, mientras que el otro que se enfoca en objetos inanimados y razonamientos mecánicos.

¿Cuándo funciona una red u otra?

La clave es el contexto cognitivo. Nuestra forma de reflexionar tiene un efecto poderoso en el cerebro. Cuando tenemos que razonar sobre situaciones emocionales, ya sea nuestras o de otras personas, el cerebro utiliza la red DMN, e inhibe a la otra. Cuando tenemos que razonar sobre objetos físicos, nuestro cerebro social se apaga.

Aunque como no todos somos iguales, hay individuos que tienen naturalmente una red más desarrollada que otra. Un ejemplo extremo son las personas con autismo que han demostrado tener una red DMN muy poco activa y una EAN hiperactiva, lo que les lleva a pensar demasiado en con cómo funcionan los objetos y a su vez, una gran carencia de emociones sociales.
En contraste a los autistas, están las personas con esquizofrenia que han demostrado tener una DMN hiperactiva y una EAN de escasa actividad.

Los investigadores también apuntan a que según su trabajo u ocupación, las personas tienden a impulsar mucho más una red que otra. Quienes tienen labores con alta carga social o emocional, potencian más la red DMN.
En cambio otras ocupaciones fomentan el desarrollo de la red EAN en detrimento de la otra, esto está en consonancia con estudios anteriores de porque algunas personas que ejercen determinadas profesiones como matemáticos, economistas, etc. tienen escasas cualidades empáticas y compasivas.


Conclusiones

El ser humano tiene la capacidad de modificar las redes cerebrales dependiendo del tipo de razonamiento mental que sea necesario para cada momento. Esto es muy positivo, ya que la mezcla de representaciones mentales podría conducir a la formulación de estrategias y maniobras equivocadas.

Pensemos que racionalmente sería una equivocación llevar a cabo acciones sobre un objeto inanimado solamente con el sentido de la compasión.
Este antagonismo entre nuestras redes cerebrales, refleja la elemental tendencia humana a diferenciar entre personas y objetos inanimados, tanto en nuestras actitudes como en nuestras interacciones.



Nuestros cinco peores hábitos emocionales


Todos tenemos malos hábitos, normalmente somos más consientes de unos que de otros.
Si usted alguna vez, ha tratado de modificar un mal hábito de comportamiento, como ser dejar de fumar o de comerse las uñas, sepa que los hábitos emocionales son mucho más difíciles de cambiar.


Peores hábitos emocionales

No sólo son más difíciles de corregir, sino que también son más perjudiciales para nuestra salud mental. Una de las razones por las que mantenemos estos hábitos a pesar del daño que nos causan, es que estamos convencidos de que tiene algún beneficio.
Nuestros malos razonamientos permiten minimizar o ignorar el impacto negativo.

Por lo tanto, con el fin de modificar estos hábitos perjudiciales, lo primero que hay que hacer es darse cuenta del daño que hacen.
Aquí una lista de los que se cree son los 5 más comunes:


1.) Ser autocrítico cuando nuestra autoestima está baja

El hábito emocional más común y más dañino que tenemos, es emplear el diálogo interno negativo cuando nuestra autoestima ya está sufriendo.
A veces respondemos al rechazo, a un fracaso u otros golpes con un diálogo interno que es duro e incluso abusivo.
Racionalizamos este maltrato a nuestra autoestima diciéndonos a nosotros mismos que nos lo merecemos e incluso podemos creer que nos estamos preparando para futuras decepciones. Esto desmorona nuestra confianza y nos hace pensar lo difícil que es tener éxito, en esencia, lo que estamos creando es una profecía auto incumplida.


2.) Nos (mal) analizamos después de un fracaso

Una de las respuestas más comunes a un fracaso, es convencernos de que a pesar de que hemos tratado, nuestro objetivo es imposible de alcanzar y que nuestras posibilidades de hacerlo en el futuro son escasas.
Creemos que esto es sólo ser realista y que es prudente reducir nuestras expectativas para evitar la decepción que inevitablemente va a venir. Sin embargo, esos pensamientos no son ni realistas ni prudentes, ya que en ese momento estamos más propensos a sucumbir a las distorsiones de la percepción que se activan después de un fracaso.
En lugar de caer en esos temores y dañar nuestra motivación, así como las posibilidades de éxito futuro, debemos tener una mente abierta y una actitud mental positiva. Entonces podremos analizar nuestro fracaso, identificar todas nuestras áreas de debilidad y planear maneras de fortalecer, administrar o trabajar alrededor de ellas en el futuro.


3.) Empujar a las personas lejos cuando nos sentimos deprimidos

La soledad tiene un impacto devastador en nuestra salud mental y física.
Uno de los hábitos más comunes que desarrollamos cuando estamos deprimidos es empujar inconscientemente a las mismas personas con las que deberíamos forjar más conexiones personales.
Lamentablemente, no nos damos cuenta como en nuestro intento de evasión, terminamos alejando a gente que quizás por nuestra cercanía sepa de nuestra condición y que podría ser de gran ayuda en ese momento.


4.) Distanciarnos cuando nos sentimos culpables, en vez de reparar la relación

El sentimiento de culpa se presenta cuando tenemos la sensación de haber hecho algo que pudo haber causado daño en otra persona. Para aliviar nuestra culpa evitamos cruzarnos con esa persona.
Lo mejor, sin dudas, es pedir disculpas y reparar cualquier daño que pudiéramos haber causado.
Pero la realidad indica que muchas veces las disculpas son insuficientes, como resultado, la tensión permanece. Tendemos a racionalizar nuestro comportamiento diciéndonos a nosotros mismos que ya nos hemos disculpado (aunque mal) y por lo tanto la tensión actual, es culpa de la otra persona.
No nos damos cuenta que nuestra disculpa fue deficiente, ya que seguramente carecía de una declaración de empatía más clara y por lo tanto, no hemos podido transmitir a la otra parte como nuestras acciones afectaron a esa persona desde su perspectiva.


5.) Convivir con un sufrimiento

Cuando algo nos molesta excesivamente, es natural tratar de entender lo que pasa o pasó y buscar posibles soluciones. Pero a menudo nos limitamos a los hechos y tenemos los mismos pensamientos y los mismos sentimientos, una y otra vez.
Esto crea progresivas preocupaciones y obsesiones. A su vez, provoca reacciones en el organismo, por ejemplo: estrés, que con el tiempo puede desembocar en un posible episodio de depresión. Y con ello caer en problemas como trastornos en la alimentación, insomnio, alcoholismo o enfermedades cardiovasculares.


Para terminar…

Si logramos darnos cuenta, el daño que nos hacen los malos hábitos emocionales, vamos a ser capaces de luchar contra ellos y reemplazarlos por hábitos más saludables, que promuevan nuestra salud psicológica y la capacidad de recuperación a nivel anímico.



¿Por qué somos un blanco fácil para el marketing?


Está claro que somos la especie más inteligente del planeta, nuestro pariente evolutivo más cercano, el chimpancé, ni siquiera tiene idea de cómo hacer fuego. Pero los seres humanos somos bastante particulares y a veces nos engañan fácilmente.
Tal vez, uno de los ejemplos más trágicos de lo manejables que somos, son las exitosas campañas publicitarias de cigarrillos, las que contribuyeron a más de 100 millones de muertes relacionadas con el tabaco durante el siglo XX.
Veamos porqué nos ocurre esto.


Marketing publicidad asociación imitación

No hay dudas que los seres humanos somos susceptibles a la publicidad.
¿Por qué nuestros hábitos, deseos y hasta opiniones son tan fácilmente moldeables por las campañas publicitarias?
Si bien pueden haber un sinnúmero de factores, hay dos que son por lejos, los más importantes: la asociación y la imitación.


La asociación

El médico ruso Iván Pavlov demostró la capacidad del cerebro para crear asociaciones mediante la famosa prueba en la cual los perros generaban mas saliva cuando sonaba una campana. Todo esto después que se hiciera, en los días previos, sonar la campana acompañada de una porción de comida.

Si de marketing hablamos, todos somos un poco como los perros de Pavlov. Nuestros cerebros son el blanco de innumerables campañas publicitarias, las cuales se esmeran en ver cual de ellas hacen las asociaciones que mejor se adapten al deleite de nuestras neuronas. Hace unos años se realizó un estudio en varios países, en el cual se le decía un color y la persona debía dar el nombre de una marca. A las personas que les dijeron "rojo", el 62% respondió "Coca Cola", está claro que esta empresa ha trabajado muy bien sobre nuestros circuitos neuronales.


Una parte del marketing se basa en aprovechar la tendencia de nuestro cerebro a crear asociaciones, pero las empresas no pueden darse el lujo de dejar que dichas asociaciones entre sus productos y nuestras neuronas surjan naturalmente, por lo tanto deben realizarlas por medios artificiales, o sea, a través de la publicidad.

Pero la arquitectura asociativa del cerebro también se explota de formas más sutiles. Quizás haya notado que de un tiempo a esta parte, en algunos países, han desaparecido los símbolos monetarios de las listas de precios. Todo comenzó después que un estudio realizado en distintos restaurantes de Estados Unidos, informara que los clientes gastan más cuando los precios no tienen el signo de dólar.

  • Ensalada    $5
  • Ensalada     5

El segundo ejemplo sería el correcto, probablemente la presencia del símbolo monetario inconscientemente lo asociemos con dinero en la mente, influyendo en nuestras decisiones.


La imitación

Somos excepcionalmente buenos imitando, poseemos una exquisita habilidad para copiar a los demás y aprender por observación. Los bebés imitan a sus padres, comenzando por los gestos faciales y el movimiento de manos.
Cuando una persona emigra hacia otro país, poco a poco y por imitación, va adoptando las costumbres del nuevo destino.


Inconscientemente copiamos la postura corporal de la persona con la que estamos reunidos y somos propensos a bostezar cuando alguien más bosteza. Si no fuéramos imitadores talentosos, ni la sociedad moderna ni la cultura existirían.

Esta capacidad para plagiar se la debemos a las llamadas “neuronas espejo” descubiertas en 1996 por un equipo científico de la Universidad de Parma, mientras analizaban la relación entre las funciones cognitivas y el sistema motor.
Los investigadores observaron al interactuar con monos, que un cierto tipo de neuronas en el cerebro de los animales, no sólo se activaban cuando éstos realizaban ciertos trabajos, sino que también se activaban cuando solo observaban, de allí el nombre. Posteriormente se descubrió que además de los primates, los seres humanos también las poseíamos.

Es en estas neuronas donde reside la sorprendente capacidad imitativa que tenemos. Las neuronas espejo nos proveen de la racionalidad para hacer propias las sensaciones y comportamientos de los demás.
Este hallazgo proporcionó un fuerte impulso a la idea de que la capacidad de imitar ha desempeñado un papel fundamental en la evolución humana.

Y el marketing, sin dudas, se aprovecha de nuestra tendencia natural a imitar. De esta forma vemos impecables campañas publicitarias llenas de personas exitosas, felices y hermosas disfrutando de un determinado producto, para que nuestra innata capacidad de copiar determine que vamos a seguir su ejemplo y a hacer lo mismo.


Para terminar...

Desde la venta de un producto a la presentación de un candidato a presidente, todos son elementos esenciales para la cultura y el desarrollo humano, pero debemos entender el grado en que nuestras decisiones y deseos a menudo son moldeados para adaptarse mejor a las necesidades del conjunto de la sociedad.
Hay que ser conscientes de las debilidades de nuestro cerebro y cómo éstas son explotadas por terceros.
De esta manera podremos lograr que (al revés de lo ocurrido con el tabaco) las campañas de marketing no afecten a nuestros propios intereses.



Cuando el cuerpo transforma nuestro cerebro


Está claro que generalmente, el lenguaje corporal expresa lo que decide el cerebro. Pero hay veces que es al revés, los humanos tenemos algunas acciones o posturas corporales que influyen sobre lo que sentimos y pensamos.
Veamos algunos ejemplos en los que es el cuerpo, el que impulsa a la mente.



Afloje su cuerpo para tomar buenas decisiones

Un estudio encontró que cuando las personas tienen que tomar decisiones, si adoptan posturas corporales más relajadas, son más propensos a tener en cuenta toda la información disponible.
En cambio, los individuos que asumen posturas corporales más tensas, tienden a darle más validez a la información que está en consonancia con la decisión que pensaban tomar de antemano.


Baje la voz en una discusión

Hay un refrán que dice que, en una discusión el que grita, generalmente, es el que no tiene razón.
Un estudio del departamento de psicología de la Universidad de Columbia del año 2011, se refiere a que cuando dos personas están discutiendo y una de ellas baja repentinamente su tono de voz, hace que esta última se sienta más segura.
¿Por qué? Porque bajar la voz súbitamente, fomenta que el cerebro comience a pensar de forma más abstracta y el pensamiento abstracto aumenta la creatividad, el autocontrol y el cálculo lógico.


Aumentar la creatividad

Según una investigación de la Universidad de Stanford, cuando estamos faltos de ideas y creatividad, lo que hay que hacer para que estas afloren es ‘confundir’ al cerebro.
Los investigadores realizaron un estudio solicitando a un grupo de personas que piense en un momento triste y sonría al mismo tiempo. A un segundo grupo le solicitaron lo contrario, que piensen en algo feliz con el ceño fruncido. La idea es conseguir que la mente vaya en una dirección y el cuerpo en otra.
También agregaron un tercer grupo de control, a estas personas les solicitaron que piensen en algo feliz y sonrían o que recuerden algo triste con el ceño fruncido.
En tests de creatividad realizados posteriormente, las personas de los dos primeros grupos obtuvieron mejores resultados.
Esto es porque hacer gestos faciales al revés de lo que piensa nuestro cerebro, propicia el pensamiento expansivo.
El PE es ideal para unir ideas y pensamientos previamente inconexos.


Distiéndase ante el dolor

El dolor es muy subjetivo y abierto a la influencia de los factores psicológicos.
Cuando sabemos que vamos a recibir dolor (por ejemplo una vacuna) adoptamos una posición corporal rígida, pero en realidad, un cambio de postura corporal más distendida o neutral, nos hará sentir menos dolor.
Esto se debe a que una posición corporal rígida nos hace creer que nuestro cerebro tiene un mayor control sobre el dolor, esto no es así y en realidad, esa postura sólo hará estresarnos más.


Entrevista laboral: espere de pie

Cuando asista a una entrevista laboral y deba esperar, a no ser que le soliciten sentarse, permanezca de pie.
Asegúrese de estar parado y erguido, algunos científicos a esta actitud la llaman de ‘alta potencia’. Está comprobado que esta postura causa mejor impresión en los entrevistadores y eleva las posibilidades de ser elegido por sobre las personas que se sientan.
Si debe sentarse, no encorvar la espalda, es una pésima postura para esperar en una entrevista de trabajo.


Dominio corporal

Las personas que se sienten poderosas, prefieren acercarse a los demás en lugar de esperar a ser abordados. Hablan más de cerca y tienen más probabilidades de invadir el espacio personal de los demás.


Dieta y espacio

Un estudio de la universidad de Toronto, evaluó como se sientan para comer las mujeres que están haciendo dieta.
Los resultados encontraron que, aquellas que pretenden comer menos, reducen al mínimo el espacio que utilizan mientras están sentadas.
En cambio, las mujeres que no estaban haciendo dieta, ocupaban espacios más grandes.


Saltando de alegría

¿Pero por qué saltamos cuando estamos muy felices? Tendemos a pensar que saltar es consecuencia de la alegría, pero ¿por qué no puede ser parte de la causa?
Un estudio indica que cuando saltamos, mejora nuestra felicidad de forma natural, más que haciendo cualquier otro tipo de movimiento.



¿Por qué la persuasión es altamente efectiva?


La persuasión está presente en todos lados. En los avisos publicitarios, en la política, en los medios de comunicación. ¿Por qué algunas afirmaciones que no son del todo ciertas, pueden convencer a tanta gente?


Porque la persuasión es altamente efectiva

"Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad", ¿Qué tan real es esta sentencia?
Vemos el mismo anuncio publicitario decenas de veces, los políticos repiten los mismos argumentos sin parar una y otra vez, los periodistas y demás formadores de opinión, redundan en las mismas cosas cada vez que se les presenta la oportunidad.
¿Puede ser la repetición realmente convincente?
La respuesta es si... veamos como se logra.


Suena demasiado simplista que un mensaje, por el hecho de reiterarlo varias veces, pase a ser creído por mucha gente, pero eso es exactamente lo que ocurre.
De hecho, la repetición es el método más fácil y extendido de la persuasión. Es tan obvio, que no nos damos cuenta lo poderoso que es.

Si es fácil de entender, es verdad

Debido a la forma en que funciona nuestro cerebro, al escuchar o ver un mensaje varias veces, se vuelve más familiar y lo que nos es familiar, lo encontramos como más cierto.
Lo que es conocido, requiere menos esfuerzo para procesar y esa sensación de facilidad, nuestro cerebro la transforma inconscientemente en indicativo de veracidad (esto se conoce como fluidez cognitiva).

Los asesores de imagen, que orientan y aconsejan a políticos en sus discursos, saben de esta diferencia (entre la verdad real y la persuasión). Dado que la persuasión logra mejores resultados… ¿para que molestarse en decir la verdad?
Como contraparte, si algo es difícil de entender, o sea de procesar, la gente tiende a no darle tanto crédito.


Cuando la repetición falla

Existen 2 factores que pueden hacer fallar la persuasión: la reiteración excesiva y cuando la persona está muy atenta.

En el primer caso, algunas investigaciones han analizado cuantas veces se debe repetir un mensaje para que el efecto sea eminentemente exitoso.
Las personas tienen la máxima confianza en un concepto, después que se ha repetido entre 3 y 5 veces. Después de eso, la repetición deja de tener el mismo efecto e incluso puede volverse en contra.
Debido a esto, vemos que hay anuncios de televisión que utilizan variaciones sutiles, o distintos anuncios del mismo producto, para recuperar la atención. Este es un claro intento de evitar que, mientras la familiaridad puede generar simpatía, el exceso tiende a generar desprecio.

En el segundo caso, si el argumento es débil y la persona está concentrada en la explicación, el efecto desaparece.
En otras palabras, no es bueno repetir un argumento débil, a personas que están escuchando con atención.
Pero cuando los individuos no se sienten motivados a examinar los argumentos cuidadosamente y dichos argumentos le son familiares, éstos son más persuasivos.


La auto-persuasión

El poder de la repetición es tan potente, que nos podemos persuadir a nosotros mismos. Un estudio ha demostrado que cuando una idea se recupera de la memoria, tiene el mismo efecto que si nos la hubiesen repetido dos veces.
¿En cuántas oportunidades nos ha pasado, estar convencidos que algo que vimos hace tiempo, es de tal manera o se encuentra en tal lugar y después la realidad, nos demuestra lo contrario?

Personalmente tengo una anécdota sobre la auto persuasión. Hace muchos años vi la película "Escape en tren" (Runaway Train), con Jon Voight. Película en la cual el protagonista se fuga de una cárcel con otro preso y se suben a un tren para escapar.
Tiempo después de ver la película, hubiese jurado que el compañero de fuga de Voight en dicho film, era Willem Dafoe, (hasta llegué a imaginar a Dafoe colgado del tren lleno de nieve). Pero no, algunos años más tarde volví a ver por casualidad la película en televisión y me percato que el compañero de Voight era en realidad, Eric Roberts.
En algún momento mi memoria trajo un recuerdo equivocado y mi propia mente me convenció de ello.


Conclusión

Para la mente humana, hay poca diferencia entre las apariencias y la realidad.
Lo que pareciera que puede ser cierto, basta repetirlo algunas veces para que se convierta en irrefutable. Esto es porque tendemos a procesar la ilusión como si fuera verdad.
Esto sugiere que debemos ser más críticos al ver un aviso publicitario en televisión (o un político diciendo su discurso, es lo mismo), de lo contrario, antes de darnos cuenta, estaremos cantando el jingle y comprando el producto.



¿Por qué nos resultan más agradables los diseños curvos?


En cuestiones de estética, nuestro cerebro prefiere las puntas redondeadas y los diseños curvos.
¿Por qué preferimos lo redondeado a lo recto?
Desde relojes a diseños arquitectónicos, pasando por automóviles o electrodomésticos, la gente prefiere las curvas.



Cuando a las personas se les pide elegir entre un objeto que es recto y uno que tiene curvas, generalmente prefieren este último. Esto es válido para todo tipo de artículos.
Un equipo del departamento de psicología de la Universidad de Stanford, realizó un conjunto de experimentos al respecto.

En el primer estudio, se les mostró a un grupo de personas en un ordenador, distintas fotos de interiores de viviendas, oficinas y comercios, algunas de las imágenes tenían diseños mayoritariamente rectos, otras mayoritariamente curvos.
Las personas debían catalogar mediante un puntaje, el gusto por el diseño del lugar.
Los resultados fueron que las personas interrogadas estuvieron mucho más propensas a considerar como más atractivas, cuando en la imágen había mayoritariamente curvas que líneas rectas.


Se tiene la creencia que el sexo masculino tiene un particular gusto por las formas curvas, por eso, en este estudio los investigadores, de forma intencional, hicieron participar a más mujeres que hombres. Sin embargo, según los resultados obtenidos, la redondez parece tener su encanto en ambos sexos.


Pero las calificaciones de belleza fueron sólo una parte del estudio. También se midió la actividad cerebral cuando los participantes observaban las imágenes. El resultado fue que, cuando las personas miraban diseños curvos, tenían significativamente más actividad en un área del cerebro llamada corteza cingulada anterior.
La CCA tiene muchas funciones cognitivas, pero es especialmente importante en su participación durante las emociones.
Según los autores "la curvatura parece tener efecto sobre nuestros sentimientos, que a su vez, podría conducir a nuestra preferencia".


¿Qué ocurrió con las imágenes de objetos rectos?

Los investigadores notaron en algunas personas, que cuando estaban mirando imágenes con objetos rectos y con ángulos puntiagudos, se producía en la amígdala una actividad superior a la normal.
La amígdala, es la parte del cerebro que procesa el miedo.
Los científicos dedujeron que el cerebro ve a los objetos rectos y con ángulos en punta, como peligrosos, ya que los percibe como elementos cortantes. Como contrapartida, probablemente asocie a los elementos curvos, como más inofensivos, por lo tanto, como más seguros.


Uno de los autores del estudio, el psicólogo Robert Carter concluye:

"Es importante saber que aunque la mayoría de la gente sienta una afinidad natural por las curvas, no significa que el diseño curvo sea superior".
"Si les hubiésemos solicitado a los participantes, que eligieran el mejor diseño basado en la funcionalidad, en lugar de la belleza, los resultados podrían haber sido diferentes".
"Pero lo cierto es, que en el mundo natural casi no hay líneas rectas, por eso, es probable que nuestro cerebro ancestral se sienta más cómodo y seguro con objetos curvos o redondeados, que con aquellos que tienen esquinas o bordes punzantes".



La relación entre la situación económica y la felicidad


Desde el origen de la psicología misma, los investigadores están estudiando la relación entre el dinero y la felicidad.
Lo que los expertos saben bien, es que en esta relación hay otro componente fundamental: la esperanza de vida, o mejor dicho, lo que tu crees que vas a vivir.


dinero felicidad economía

Empecemos por el principio, los biólogos utilizan una teoría histórica para explicar las estrategias reproductivas de todos los animales y hay dos estrategias básicas: la ‘estrategia rápida’ y la ‘estrategia lenta’.
La estrategia rápida implica el tener tanta descendencia como sea posible a una edad temprana. Esta estrategia se logra porque se minimiza la inversión en el desarrollo que el animal hace en si mismo y en su propia descendencia.
Piense, por ejemplo, en los insectos o pequeños mamíferos, que tienen muchísima descendencia, pero no gastan recursos ni energía en nutrirlos. ¿Por qué es esto? La experiencia de vida y su memoria genética les indican a estos animales que no vivirán por mucho tiempo.

Por otro lado, tenemos a los animales como los humanos, los elefantes, ballenas y otros típicamente grandes, que gastan una gran cantidad de recursos y energía en sus crías, antes de que éstos lleguen a la madurez.
Esta clase de seres vivos, tienen poca descendencia y pasan gran cantidad de tiempo cuidando a sus crías.
Sólo los animales que tienen la posibilidad de vivir una vida larga, pueden permitirse este tipo de estrategia. Es la estrategia reproductiva lenta.


El aspecto clave de esta teoría historia de vida es: cuanto más bajas sean las expectativas de vida de los animales, más rápida será su estrategia reproductiva.
Esto explica las diferencias en las estrategias reproductivas entre animales con vidas cortas y vidas largas.

Distintos estudios han demostrado que esta teoría también funciona en el ámbito de los seres humanos: por ejemplo, los niños que crecen en ambientes hostiles e inseguros (pobreza, guerras, situaciones de abuso) tienden a adoptar estrategias de vida “rápida” frente a niños criados en ambientes más seguros.
Los niños que adoptan la “estrategia rápida” tienden a ser más impulsivos, a tomar más riesgos en su salud y seguridad y tener relaciones sexuales a una edad más temprana.

De este modo, cuando las personas se enfrentan a una amenaza económica (pérdida de ingresos) la estrategia de vida que ese individuo posea, será fundamental en la reacción y en la forma de responder a esa situación.


El factor "felicidad"

Un equipo de psicólogos de la Universidad de Minnesota realizó un conjunto de pruebas a varios grupos de personas para analizar como había influido su nivel de estrés en la infancia con respecto a su situación posterior, a contextos económicos y como influyeron en su nivel de felicidad.

Para medir el nivel de estrés en la infancia, los investigadores utilizaron un marcador biológico infalible: el estrés oxidativo, mediante un análisis de orina.
El estrés en la niñez y las hormonas que el estrés provoca, dejan rastros reveladores, aún en la adultez.

Los puntos más importantes del experimento estuvieron basados en disponer a los participantes a pensar en una recesión económica y posteriormente relacionarla con asumir ciertos riesgos y la toma de decisiones impulsivas.


Los resultados

Los resultados arrojaron que las personas que tenían mayor estrés oxidativo, o sea que crecieron en medios más impredecibles y de condiciones duras, tomaron mayoritariamente la “estrategia rápida”, centrándose en los recursos actuales y en la gratificación inmediata. También se encontró que estas personas no se angustiaban excesivamente por las amenazas financieras a mediano o largo plazo e hicieron caso omiso de las consecuencias a futuro.

Por otro lado, las personas que crecieron en hogares sin problemas económicos ni grandes incertidumbres, estuvieron más cercanos a la “estrategia lenta”, tuvieron menos respuestas impulsivas que el otro grupo, se mostraron más prudentes en sus acciones, incluido con el dinero y por sobre todo, mostraron una gran angustia ante la posibilidad de falta de recursos económicos en el futuro.

El estrés en la niñez está fuertemente relacionado con el grado de felicidad o angustia que nos brinda la seguridad económica, esta tendencia puede influir en nuestras respuestas en forma automática, incluso a nivel fisiológico.



Los 5 orígenes de todas nuestras preocupaciones


A diario debemos tomar decisiones que determinan y condicionan nuestro futuro, no solo para nosotros mismos, sino que también para nuestro entorno.
La psicología social ha identificado que las decisiones que tomamos están fuertemente influenciadas por cinco preocupaciones principales: la impotencia, la vulnerabilidad, la injusticia, la desconfianza y la superioridad.



Estas cinco inquietudes fundamentales, van cimentando nuestras percepciones y acciones, sirviendo como guías persuasivas del mundo que nos rodea. Su impacto se deja sentir en casi todas partes: en nuestro hogar, en el trabajo, en la comunidad en que vivimos, etc.
Por desgracia, con demasiada frecuencia no reconocemos las diferencias. Veamos brevemente cada una de ellas.


1.) Impotencia

Nos esforzamos para evitar la experiencia de la impotencia, haciendo todo lo posible para controlar los eventos significativos en nuestra vida. Pero cuando creemos que nuestros esfuerzos son inútiles, la desesperación y la resignación pueden abrumar rápidamente el compromiso y la motivación.
De esta forma, nuestras percepciones pueden llevarnos por mal camino. En algunas situaciones, los reiterados reveses provocan que abandonemos nuestros objetivos antes de tiempo. Perdemos de vista los progresos ya realizados y descartamos la posibilidad de los futuros avances.
Por otro lado, hay momentos en los que sobrestimamos enormemente nuestras capacidades. Como resultado, podemos perseverar tercamente en la creencia de que estaríamos mucho mejor, si siguiéramos rutas alternativas.


2.) Vulnerabilidad

La preocupación por la seguridad es fundamental para la forma en la que evaluamos nuestra circunstancia. Esto no es sorprendente, sobrevivir es una prioridad obvia.
Por tanto, los esfuerzos para protegernos a nosotros mismos y a nuestro entorno, es el foco principal de nuestra atención.
Sin embargo, no somos particularmente buenos en hacer juicios sobre el riesgo, como resultado de ello, a veces descubrimos que desperdiciamos tiempo y recursos en precauciones muchas veces innecesarias. Por supuesto, estas lecciones son difíciles de aplicar porque también hemos aprendido que el hecho de no actuar con la debida precaución, puede tener efectos devastadores.


3.) Injusticia

Estamos fuertemente afectados por la percepción de injusticia, tanto en nuestra vida personal, como grupal. La mayoría de nosotros reaccionamos ante hechos ilícitos y exigimos corregir los errores y castigar a los que consideramos responsables.
Pero una vez más, nuestros juicios son falibles, en ambas direcciones. En algunos casos, nuestra percepción de maldad está equivocada, como cuando confundimos lo que es justo con lo que es perjudicial para nosotros, o cuando le echamos la culpa a la gente equivocada por la adversidad que enfrentamos.
En cambio, en otras ocasiones somos demasiado lentos en reconocer la legitimidad de las quejas de los otros, o en controlar a quienes cuyos actos injustos, han causado o causan gran sufrimiento.


4.) Desconfianza

Tenemos la predisposición a dividir el mundo en los que consideramos dignos de nuestra confianza y los que vemos con duda y sospecha. De esta forma esperamos elegir a nuestros aliados sabiamente, evitando daños de los que tienen intenciones hostiles o que simplemente, son poco confiables.
Sin embargo, también en este caso los errores son muy comunes. Actuando sobre la base de información que a menudo es incompleta y poco fiable, confundimos regularmente potenciales amigos con gente hostil, y como resultado, no obtenemos las vías de colaboración que esperábamos.
Pero al mismo tiempo, estamos muy familiarizados con las consecuencias dolorosas que pueden resultar, cuando crédulamente ponemos nuestra fe en las personas que abusan de nuestra confidencia, para sus propios fines.


5.) Superioridad

Somos rápidos para compararnos con otras personas o grupos. En muchos casos, esperamos poder confirmar o demostrar que, de alguna manera somos mejores. Tal vez en nuestros logros, en nuestros valores o en nuestro destino. Y para reforzar esta auto- imagen positiva, a veces optamos por centrarnos en lo que consideramos lo peor de los demás.
Pero estos juicios pueden resultar problemáticos. La percepción de los demás como inferiores a menudo conduce a conflictos destructivos y narcisistas. Las convicciones de superioridad preparan el escenario para actos de abuso y humillación que van en contra de la ética humana básica.
Al mismo tiempo, el orgullo excesivo y el abuso de confianza, tienden a fomentar una limitación peligrosa, que puede producir resultados desastrosos en el individuo.


Para finalizar…

Muchas veces la causa de nuestras preocupaciones son genuinas, pero también, muchas otras veces, construimos defensas contra amenazas fantasmas que nunca llegan a concretarse y que en el camino, nos generaron situaciones de angustia.
En ambos casos, es bueno analizar con cual de éstas cinco causas está emparentada nuestra preocupación, quizás de esa forma, podamos comprender mejor la raíz de nuestros agobios.



Estudio: como elogiar a los niños pequeños


Una investigación llevada a cabo por la Universidad de San Diego en California, ha demostrado los beneficios a corto plazo, de alabar a los niños por sus esfuerzos, en lugar de elogiar sus características naturales.
El estudio se centró en niños de entre 1 año y medio y 4 años.



Los científicos vieron que, si el halago se centra en el esfuerzo o en una tarea bien hecha, lleva a los niños a adoptar el llamado “modo de pensar incremental”, esto es, la capacidad de ver a los desafíos como algo maleable y a su vez, como una oportunidad para aprender.


El estudio

La investigación que comenzó en el año 2004, fue dirigida por un equipo del departamento de psicología de la Universidad de San Diego, y se basó en como los padres elogian a los hijos pequeños en situaciones de la vida real, para analizar como el estilo de elogio puede influir en la capacidad de comprensión de los niños, cinco años más tarde.

Durante dicho estudio, observaron y registraron a padres interactuando con sus hijos, en su hogar, ya sea jugando, durante la comida o en cualquier otra actividad.
Cinco años después, el equipo de psicólogos entrevistó a los mismos niños, analizando sus actitudes, la mentalidad hacia la capacidad, los retos y la bondad moral.

El hallazgo clave fue que los niños cuyos padres en edad preescolar elogiaban sus esfuerzos (conocido como “alabanza en proceso”, algo así como “bien hecho”, “lo estas haciendo bien”), más que sus características naturales (por ejemplo: “que lindo niño”, “que bonita niña”), esos niños tuvieron una actitud gradual más marcada hacia la inteligencia y la moral, cuando tuvieron entre siete y ocho años de edad.

Esto fue revelado, por la capacidad de ver la inteligencia como un atributo flexible.
Por ejemplo, estos niños entendían mejor que las personas pueden ser más capaces si se esfuerzan más.
Esta asociación se mantuvo incluso, después de que los investigadores controlaron una serie de otras variables como la situación socioeconómica de la familia.


“Los resultados muestran que los niños que escuchan elogios como la ‘alabanza en proceso’ relacionaron esto más naturalmente con sus marcos de motivación", dijeron los investigadores.
"En particular cuando la alabanza hace hincapié en el esfuerzo, puede dar forma a conductas de estímulo en áreas como las cognitivas y las sociales”.

Algunos detalles interesantes

  • Los padres que elogiaron más las características naturales, manifestaron que lo hacen porque, una manera de aumentar la capacidad de sus hijos, sería aumentando su autoestima.
  • En algunos padres, los investigadores no descubrieron una sola frase de “alabanza en proceso” durante todo el estudio.
  • Por último, el estudio reveló que los padres tienden a elogiar más las características naturales con las niñas y más "alabanza en proceso" con los niños.


¿Por qué nos gusta tanto hamacarnos?


Desde que nacemos hasta que nos morimos buscamos hamacarnos.
Desde los brazos de nuestros padres, hasta las sillas mecedoras de los ancianos, encontramos agradable y cómodo ese movimiento oscilante.
¿Por qué al ser humano le causa tanto placer hamacarse?



Quien de nosotros no tiene una foto de pequeño con cara feliz, arriba de una hamaca o columpio.

Pocas experiencias figuran como particularmente placenteras en los recuerdos de pasados veranos, como las siestas en hamacas. Casi todo el mundo tiene una historia de una siesta de verano en una hamaca.
Los seres humanos nos mecemos (o nos mecen) fundamentalmente por 2 razones: para dormir o porque lo encontramos agradable.


¿A que se debe?

Quién no ha escuchado decir a una mujer embarazada "como se mueve mi bebe". Los médicos generalmente asocian estos movimientos al bienestar del feto.
¿Por qué se mueven los fetos?
El feto comienza a moverse ya en la sexta o séptima semana de embarazo, al principio sin que la madre lo perciba, ahí comienza a realizar sus primeros ejercicios, balanceos y giros acrobáticos en el líquido amniótico.


Si bien el bebé comienza a moverse en la sexta o séptima semana, la mayoría de las madres no notan estos movimientos hasta la semana 16 a 20 aproximadamente.

Hay una hormona llamada 'oxitocina' más conocida como la 'hormona del placer', que es esencial para la estabilidad emocional del cerebro. Esta hormona, que también actúa como neurotransmisor, es sintetizada por el feto a partir del tercer mes de gestación.

Los fetos se mueven y balancean dentro del útero materno, fundamentalmente por 2 razones: porque buscan acomodarse (en muchos casos para dormir) o por placer.
O sea que, a partir de que el feto sintetiza oxitocina puede sentir placer y gozo, esto lo consigue fundamentalmente... meciéndose, sobre todo antes del séptimo mes, que es cuando el bebé comienza a tener un tamaño definitivo y que si bien continúa moviéndose, ya no goza de tantas facilidades.

Los investigadores aseguran que... "la estimulación sensorial asociada con un movimiento oscilante, ejerce una acción de sincronización en el cerebro que refuerza los ritmos endógenos del sueño y la actividades sensoriales que inducen al placer, esto comienza en el feto y prosigue después de nacer, por el resto de nuestra vida".


Sueños más rápidos y profundos

Un experimento llevado a cabo en 2011 por científicos de la Universidad Thomas Jefferson, ha encontrado que las personas logran conciliar un sueño más rápido y profundo, cuando están en una hamaca.
Al analizar las ondas cerebrales de un grupo de personas, los investigadores encontraron que, cuando las personas se acostaban en una cama con balanceo (imitando el movimiento de una hamaca), se durmieron un 25% más rápido y con un sueño más intenso, que cuándo éstas mismas personas se acostaron en una cama sin movimiento.


Para terminar...

Desde antes de nacer, buscamos que nuestro cuerpo se balancee.
Ya sea para dormir o para sentir placer, ese movimiento oscilante que disfrutábamos en el útero materno, inconscientemente, tratamos de repetirlo e imitarlo hasta, prácticamente, el día que nos morimos.



Hombres y mujeres: como nos informamos para elegir pareja


La elección de pareja constituye, tal vez, una de las decisiones más importantes, que la mayoría de las personas tendrá que realizar.
¿En qué punto, hombres y mujeres deciden dejar de adquirir información adicional sobre su pareja, para tomar una decisión?
Hace un tiempo, se realizó un estudio al respecto, veamos los resultados.



Elegir una pareja, es una decisión que tiene sus raíces en principios evolutivos fundamentales, sobre todo, cuando se investigan las diferencias del grado en el cual, hombres y mujeres se involucran en la búsqueda de un compañero/a, antes de rechazar pretendientes potenciales o elegir a una pareja.
Esto es de gran relevancia, ya que pocos o ninguno de nosotros analiza toda la información disponible, antes de elegir una alternativa.

El departamento de psicología de la Universidad de Stanford, realizó un sondeo sobre la cantidad de información que hombres y mujeres adquieren antes de una elección o rechazo de un compañero sentimental.


La investigación

Para el estudio, se eligieron al azar a 140 estudiantes (la única condición para participar en esta prueba, era que debían ser heterosexuales), 70 hombres y 70 mujeres.
Dicha exploración consistía, en que cada participante debería elegir, mediante imágenes e información en un ordenador a su pareja ideal, mujeres para el caso de hombres y hombres para las mujeres.
El mecanismo consistía en que habría un máximo de 30 pretendientes (aunque esta información era desconocida para los participantes), se mostraría el rostro de cada uno, pero además, cada pretendiente tendría sus propios atributos (estatura, peso, ocupación, ingresos económicos, posición social, sentido del humor, etc.) un total de 25 atributos.

Cada estudiante se sentaba frente al ordenador y al comenzar la prueba, se le mostraría la foto del primer pretendiente, la persona encuestada debería pedirle al ordenador un atributo tras otro, hasta aceptar o rechazar a ese pretendiente.
Si se rechazaba a un pretendiente, el sistema pasaba al siguiente, no se podía volver para atrás y así sucesivamente.
Cuando la persona elegía a un (o una) pretendiente, terminaba la prueba.


Resultados de la investigación

Básicamente los resultados que se buscaban eran 2, la cantidad de pretendientes que observaron cada uno de los participantes antes de elegir a su pareja ideal y la cantidad de atributos vistos en cada caso.

Resultado 1:

En promedio, las mujeres evaluaron casi el doble de pretendientes que los hombres, antes de elegir a su compañero. Más concretamente 11,9 evaluaciones en el caso de las damas y 6,2 en el caso de los varones.
En otras palabras, las mujeres a la hora de elegir compañero, necesitaron observar a un mayor número de pretendientes antes de comprometerse con uno.

Resultado2:

Las mujeres necesitaron una cantidad de atributos menor antes de rechazar a cada pretendiente. Las damas miraron un promedio de 4,6 atributos por pretendiente, mientras que los hombres observaron un promedio de 7,1 atributos por pretendiente.
Esto quiere decir, que las mujeres rechazaron más rápidamente que los hombres, o sea, ellas necesitan menos información para aceptar o rechazar a un pretendiente.


Conclusiones

Estas diferencias entre los dos sexos a la hora de elegir pareja, son una manifestación de la teoría de ‘inversión parental’ que establece que en cualquier especie, el sexo que lleva la mayor inversión parental obligatoria mínima (obviamente, las mujeres en el caso humano) será mucho más prudente a la hora de elegir una pareja dado que, las obligaciones y los costos son mayores.
Por tanto, es lógico que el sexo femenino sea más selectivo buscando entre el mayor número de pretendientes posible y que, además, rechacen potenciales compañeros con mayor rapidez.



¿Por qué hay tan pocos matrimonios interraciales?


El hecho de casarse o unirse en pareja dentro del mismo grupo étnico o racial, prácticamente ha sido la norma durante la historia de la humanidad.
Pero hace poco tiempo, este comportamiento ha comenzado a cambiar muy lentamente. Según los científicos, esto es muy positivo.
Veamos porqué hay pocos matrimonios interraciales y porqué la ciencia asegura que este cambio es beneficioso.



Cualquier persona que haya estudiado este tema sabe que, el concepto de "raza" es muy difícil de precisar. En un sentido social, la raza está cargada de significados. En un sentido biológico, la raza es mucho más imprecisa. Pero supongamos, por el bien del argumento, que las categorías raciales humanas son claramente separables y biológicamente significativas.


Según datos de la Oficina del Censo de EEUU, en 2011 la cifra de matrimonios de distintas razas en ese país, era de 4,7 millones, el 8,3% del total.
En 1980 esta misma cifra era del 2,9%.
Dadas las amplias y variadas corrientes inmigratorias que ha tenido, USA es uno de los países dónde más uniones interraciales se producen.
Hispanos y asiáticos son quienes tienen mayores niveles.

Haciendo historia

El mayor capítulo de la historia evolutiva humana, es representado por tribus cazadoras y recolectoras de alimentos que vivían en la sabana africana.
Al día de hoy, todavía tenemos sobre la tierra algunas tribus que viven en forma similar a como vivían aquellos grupos, los Xingu en Brasil, los Kung en África o los pueblos Inuit en el Ártico. Todas estas tribus todavía mantienen estrictas reglas acerca de las interacciones sociales dentro y fuera del grupo racial.

Esto nos lleva a pensar que se trata de algo muy profundo dentro de nosotros, un prejuicio ancestral, que de alguna manera, todavía sigue vigente en las sociedades modernas.
La evidencia antropológica y biológica muestra que la endogamia (obligación o tradición de contraer matrimonio con personas de la misma raza, casta o etnia) ha sido la regla durante la historia del hombre sobre la tierra.

Dejando de lado las cuestiones sobre las tradiciones culturales, podríamos preguntarnos si existe algún imperativo biológico, que haya llevado a la humanidad a este tipo de prácticas.

Los psicólogos evolucionistas aseguran que las personas prefieren aparearse con individuos de su misma raza, ya que esto aumenta la probabilidad de pasar nuestro material genético a las generaciones futuras. Sus hijos van a heredar más características genéticas, ya sea de usted o de su cónyuge, si usted y su pareja son "racialmente" similares.
A esto se le conoce como "cruzamiento positivo" y predice una preferencia biológicamente impulsada por parejas étnicamente afines.
En las culturas endogámicas, esto es la norma.


Hasta 1967 en EEUU, las leyes prohibían a los blancos contraer matrimonio con personas de otras razas. Incluso después que se anularan todas estas leyes, por muchos años, los matrimonios interraciales siguieron siendo fuertemente resistidos.

Los problemas de la endogamia

Los biólogos saben muy bien que los períodos prolongados de endogamia tienden a exagerar las debilidades dentro de una raza.
Los agricultores y veterinarios saben que poblaciones puras de plantas y animales suelen ser físicamente más diminutas, inmunodeficientes y con un creciente desarrollo anormal.
La razón es que se pasan los genes dañinos dentro de una población endogámica hacia abajo y se hacen cada vez más factibles de ser expresados con cada nueva generación, es lo que se conoce como ‘depresión endogámica’.
Por ejemplo, la mayoría de los perros dálmatas son portadores de genes que dan lugar a la sordera. Como consecuencia, entre un 15 y un 20% de esta raza de perros son sordos de al menos una oreja.
Fenómenos similares se pueden ver en las poblaciones humanas, por ejemplo la alta prevalencia de anémicos falciformes en el África subsahariana, la enfermedad de Tay Sachs entre los judíos Ashkenazi o la variedad de enfermedades que sufrió la línea española de los Habsburgo.


La ciencia y la mezcla de razas

Los biólogos evolucionistas aseguran que el cruzamiento racial, si bien todavía las cifras son bajas, está aumentando a nivel global, es cierto que en algunas zonas más que otras, sobre todo gracias a las enormes corrientes migratorias de los últimos 100 años. Además indican que en la medida que estas cantidades aumenten, veremos generaciones física y mentalmente más capaces.

Esto se debe a que cuando se cruzan muy diferentes genotipos, las debilidades genéticas de un progenitor se equilibran con los genes heredados del otro.
A esto se le denomina como vigor híbrido o heterosis.
Basta ver el éxito que la agricultura ha obtenido, como resultado de mejoras en cultivos a partir de cruzamientos con líneas de genes híbridos.

Los expertos concluyen que, aunque no se puede realizar experimentos con personas de la misma manera que se hacen con plantas, hay una gran cantidad de evidencia científica para afirmar que la heterosis ha sido y será beneficiosa para la humanidad.



Algunas secuelas de la evolución humana en nuestro cuerpo


A pesar de todo, nuestros cuerpos están lejos de ser perfectos, en parte se debe a la evolución de la especie humana.
Las diferencias entre nuestros ancestros que salieron del centro de África y los que vivimos en el mundo de hoy, son significativas. A raíz de esos cambios, los seres humanos tenemos algunas rarezas o imperfecciones que la naturaleza no ha logrado corregir.
Veamos algunas.



Hipo

Como sabemos, la vida surgió en el agua, los primeros peces anfibios respiraban por los pulmones cuando estaban en tierra y por las branquias cuando estaban en el agua. Para poder hacer esto tenían que ser capaces de cerrar la glotis, la entrada a los pulmones cuando estaban bajo el agua. Nosotros los descendientes de aquellos animales, quedamos con aquel vestigio, ahora imperfecto. El hipo nos surge cuando se nos cierra rápidamente la glotis. El hipo no cumple ninguna función, es solo un mecanismo que heredamos de aquella acción.
La razón por la cual no dejamos de tener hipo, es que todo el proceso está controlado por una parte de nuestro cerebro que evolucionó mucho antes que nuestra conciencia.


Enfermedades

Hace 1500 millones de años, surgió un organismo unicelular que daría vida a todas los seres vivos de la tierra, plantas y animales, nosotros incluidos.
Este ancestro fue resultado de una fusión, una célula fagocitó o devoró a otra. La célula depredadora se convirtió en el exterior y el núcleo de la nueva célula y la célula devorada se convirtió en la mitocondria, el órgano celular que produce energía.
La mayoría de las veces, esta antigua simbiosis actúa de forma amistosa, pero de vez en cuando, se produce una lucha entre la mitocondria y la célula circundante. El resultado son enfermedades tales como miopatías mitocondriales (una serie de enfermedades musculares) o la enfermedad de Leigh (que afecta al sistema nervioso central).


Dolores de espalda

Nuestros lejanos antepasados se desplazaban en cuatro patas, o sea, con la espalda en posición horizontal. Luego por razones antropológicas, un día nos pusimos de pié y comenzamos a caminar con las patas de atrás. Estar de pie ofrecía muchas ventajas, entre otras, ver más lejos para poder buscar presas para cazar o depredadores de los cuales ocultarse, también liberamos las manos para hacer otro tipo de tareas. Pero a todo esto y debido al peso, nuestra columna vertebral no acostumbrada a soportar tanta carga, se arqueó y quedó en forma de "S", el resultado de ello son (sobre todo después de cierta edad) los molestos dolores de espalda, crónicos en algunas personas.


Hernias

Una vez que nos pusimos de pie, nuestros intestinos quedaron colgando en lugar de estar asentados en los músculos del estómago. En la nueva posición, las tripas se asentaron sobre una mezcolanza de partes internas, incluyendo por ejemplo en los hombres, las cavidades de la pared por la cual el escroto y sus nervios descienden durante el primer año de vida. De vez en cuando, los intestinos encuentran su camino a través de estos agujeros y esto produce, con el paso de los años, lo que se conoce como hernia inguinal.


Atragantarse

En la mayoría de los animales, la tráquea (paso para el aire) y el esófago (paso para los alimentos) están orientados de tal manera que el esófago está por debajo de la tráquea.
En la garganta de un gato por ejemplo, los dos tubos están mas o menos en forma horizontal y paralelos entre si antes de dirigirse al estómago y a los pulmones respectivamente. De esta forma, la gravedad tiende a empujar la comida hacia el esófago. Esto no es así en los seres humanos.
Las modificaciones que sufrimos cuando empezamos a hablar, empujaron a la tráquea y el esófago más abajo de la garganta. Al mismo tiempo, la postura erguida puso a la tráquea y el esófago en una orientación casi vertical.
Es por ello que estos cambios hicieron posible que pueda caer agua o alimentos por el tubo equivocado, como consecuencia, en aquellos momentos en los que la epiglotis no tiene tiempo para cubrir la tráquea, nos ahogamos.


Sentir frío

La piel con abundante pelo esta omnipresente en prácticamente todos los mamíferos. En nuestro caso, perdimos esta capa protectora cuando vivíamos en el centro de África, en un ambiente tropical. ¿Por qué sucedió esto? La explicación más plausible, es que cuando los humanos comenzaron a vivir en grupos, los pelos se llenaron de garrapatas y piojos, esto trajo consigo enfermedades parasitarias. Las personas con menos pelos, tenían menos probabilidades de contraer este tipo de enfermedades, la selección natural de la especie hizo el resto.
Estar sin pelo en África no era tan malo, pero una vez que las migraciones humanas se trasladaron a zonas no tropicales, allí surgieron los inconvenientes.


Piel erizada

Cuando nuestros antepasados estaban cubiertos de pelos, unos diminutos músculos de la piel llamados "erector pili" al sentir frío se contraían para levantar nuestros pelos y así protegernos mejor de las bajas temperaturas. Es el mismo mecanismo por el cual se ponen rígidas las plumas de las aves y los pelos de los mamíferos, para mantener el calor.
A pesar de que ya no tenemos una espesa capa de pelos, este mecanismo sigue funcionando igual que siempre, y al hacerlo nos queda la "piel de gallina" que hacen que nuestro escaso y fino pelo se coloque de punta, inútilmente.


Cerebros más grandes, dientes apretados

Una mutación genética en nuestros antepasados ha causado que tengamos cráneos más amplios para alojar cerebros más grandes.
El gen que dio paso a un cerebro más grande lo hizo mediante una desviación ósea, esto provocó que nuestras mandíbulas se achicaran. Debido a que nuestros dientes siguen conservando más o menos el mismo tamaño, ya no hay lugar para todos ellos en la boca.
Las muelas del juicio son una prueba de ello, se cree que estas muelas están en un proceso evolutivo de desaparición.


Obesidad

Evolutivamente hablando, la obesidad es algo muy reciente. El hambre se desarrolló como un disparador que nos lleva a buscar comida. Nuestras papilas gustativas se desarrollaron para animarnos a elegir los alimentos que benefician a nuestro cuerpo (sobre todo alimentos con alto contenido calóricos, grasas por ejemplo) y evitar los que podrían ser tóxicos.
En el mundo de hoy, gran parte del mundo moderno tiene un acceso casi ilimitado a la comida, esto unido con que nuestras papilas le siguen pidiendo alimentos a nuestro cerebro, hacen que nuestros cuerpos reciban más calorías de la que debería consumir.



Para terminar...

Ni siquiera hemos mencionado a los pezones masculinos, ni hemos dicho nada de los músculos para mover las orejas, quizás quede para otra oportunidad.
Estamos llenos del bagaje acumulado de nuestra historia como especie.
El cuerpo está construido sobre una antigua forma, a partir de piezas que alguna vez hicieron cosas muy diferentes.
Cada vez que te sientas, lo haces sobre el cóccix, el hueso que una vez fue un rabo. Después de todo, es increíble lo que la evolución ha hecho con retazos.
Tampoco estamos solos en esto, cada planta y animal arrastra sus propias consecuencias de la evolución.



La relación entre el delito y el coeficiente intelectual


¿Qué relación existe entre el tipo de delito que comete una persona y su coeficiente intelectual?
Un grupo de expertos en psicología conductual de la Universidad de California que viene estudiando temas relacionados con conductas delictivas en general desde hace años, afirma que la inteligencia juega un papel esencial a la hora de consumar un delito y sobre todo, el tipo de delito que se comete.



Los últimos estudios realizados, no hacen otra cosa que confirmar lo que se viene estudiando desde hace algunos años: la estrecha relación entre el tipo de delito y el coeficiente intelectual (CI) de quien lo comete.


La investigación

En la última investigación, el equipo de psicólogos trabajó con 90 reclusos de tres centros diferentes (California Correctional Center, High Desert State Prison y la prisión estatal de Los Ángeles).
A todos los internos elegidos se les realizó un test, para obtener el CI de cada uno, a partir de allí, se catalogó a los individuos en distintos niveles de inteligencia y por tipo de delitos consumados.
Con respecto al nivel de CI se utilizó la medición tradicional.


Los datos

En líneas generales, las personas que cometen delitos, son menos inteligentes que quienes no cometen delitos (esto es algo que los psicólogos lo dan como un hecho) pero aún así, se pueden ver muchas personas con altos CI involucradas en quebrantamientos a la ley.
Ahora... ¿que tipos de delitos cometen las personas más inteligentes y los menos?

Comencemos por las personas menos inteligentes, el 86% de las personas encuestadas que tenían un CI menor a los 80 puntos (mínimo normal) eran poseedores de antecedentes como: asesinato, violación, asalto violento, venta de drogas y violencia de género.

El 79% de las personas que tenían un CI superior a 110 (normal-inteligente) estaban encarceladas por delitos como: falsificación de documentos (sobre todo cheques), uso de información privilegiada, malversación de dinero y falsificación de identidad.


¿Por qué esta diferencia?

Según los investigadores, las personas menos inteligentes, o con menos CI, son más propensas a cometer delitos violentos (si bien vender drogas, en si, no es un acto de violencia, tomemos en cuenta que las drogas funcionan en un contexto de mucha agresividad) por dos razones:

En primer lugar, el comportamiento que se considera criminal en una sociedad de hoy (asesinato, asalto, etc.), eran medios habituales de competencia y de adquisición de recursos en el ambiente ancestral.
En tiempos remotos, para nuestros antepasados este tipo de proceder era frecuente, o sea, es "evolutivamente familiar".

En segundo lugar, en nuestros días las instituciones y la tecnología que permiten detectar y sancionar el comportamiento criminal son evolutivamente nuevas (policía, tribunales, prisiones, cámaras de seguridad, huellas dactilares, ADN, etc.).
Dado que las personas menos inteligentes son más propensas a carecer de la capacidad para comprender y hacer frente evolutivamente a nuevas entidades y situaciones, son más propensos a recurrir a medios evolutivamente familiares para la adquisición de recursos y apareamiento.
En definitiva, tienen menos probabilidades de ser disuadidos por los medios evolutivamente nuevos de control social.

En cambio las personas con CI más altos, tienden a involucrarse en comportamientos evolutivamente más nuevos, incluso en el ambiente delictivo.
Es por ello que estos individuos, cuando comenten delitos generalmente incurren en falsificaciones, uso indebido de información, estafas, etc.
O sea, las personas inteligentes también son proclives a cometer ilícitos, solo que éstos tienden a ser evolutivamente más recientes.