Una reciente investigación muestra que al interactuar con sus hijos pequeños, el comportamiento del padre refleja ciertos estereotipos de género.
¿A qué se debe que las mujeres tiendan a ser más empáticas que los hombres? ¿Existe algo en la fisiología femenina que produce la capacidad y voluntad de experimentar los sentimientos de otra persona? ¿O es la empatía un rasgo aprendido que fomentamos en las niñas y desalentamos a los niños? Un nuevo estudio que observó la forma en que los padres interactúan con sus hijos pequeños otorga cierta evidencia a este argumento.
La investigación reporta que los padres utilizan un lenguaje más vinculado con los logros durante sus interacciones con hijos varones, mientras que los papás de hijas usaban un lenguaje más relacionado con las emociones y el cuerpo. También encuentra que los padres "estaban más activamente comprometidos" con las hijas.
El estudio
El estudio, publicado en la revista "Behavioral Neuroscience", se valió de 52 padres (30 con niñas, 22 con niños pequeños). Los pequeños tenían un promedio de poco menos de dos años de edad. Durante tres días completos, cada papá llevó un dispositivo que registraba su voz mientras interactuaba con su hijo.
Las grabaciones revelaron que los padres participaban en más "juegos ásperos", tales como cosquillas o luchas, con los niños que con las niñas. Por otro lado, los padres de las niñas usaban más lenguaje emocional cuando hablaban con su hija.
Además, los padres de niñas participaban más en juegos como cantar o dibujar, y fueron significativamente más comprometidos y sensibles con sus hijas. Esto podría facilitar el desarrollo de una mayor empatía en las niñas.
Además, también quedaron al descubierto algunos patrones lingüísticos: Mientras que los padres de niños utilizaron más un lenguaje relacionado con el éxito como "ganar" u "orgullo", los padres de niñas utilizaban un lenguaje más analítico y también haciendo referencia al cuerpo como "pie", "estómago" o "barriga". Sobre este punto los autores alegan que se podría estar infundiendo una híper-consciencia del cuerpo antes de la pubertad, lo que podría conducir a problemas en la adolescencia y más allá.
En la segunda parte del estudio, los padres se sometieron a exploraciones cerebrales que midieron la actividad neuronal al observar varias imágenes de la cara de su hijo. Aquí, también, surgieron algunos patrones reveladores.
Los cerebros de los padres respondieron de manera diferente a las expresiones faciales emocionales de las hijas, en comparación con los hijos. Específicamente, los padres de niñas tenían una respuesta más robusta en las áreas de procesamiento visual a las expresiones faciales felices, probablemente reflejando una mayor atención a las caras felices de sus hijas.
Los investigadores especulan que estas disparidades en el comportamiento paterno pueden ser el resultado de que los padres responden a señales diferenciales, algunas de las cuales pueden estar muy influenciadas por diferencias biológicas entre los sexos.
Por ejemplo, es posible que los varones, después de haber estado expuestos a niveles más altos de testosterona fetal, induzcan a sus papás a jugar juegos más físicos. Es más, tales juegos enseñan inteligencia emocional a su manera, dado que muestra al niño que ciertas acciones físicas que serían vistas como amenazadoras o agresivas en un contexto, también pueden ser divertidas e inofensivas en otro.
Referencia:
http://www.apa.org/news/press/releases/2017/05/fathers-daughters.aspx
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