Hace un par de meses, los medios de comunicación se hicieron eco de un hecho sorprendente que le ocurrió a un muchacho de 16 años al recibir una patada en la cabeza mientras jugaba un partido de fútbol.
Posteriormente al incidente, el joven Reuben Nsemoh terminó en coma y a pesar de la severidad de la lesión el chico recuperó la conciencia unos días después.
Pero lo asombroso es que Reuben, un hablante monolingüe de inglés, ahora hablaba español con fluidez. A pesar de que nunca había hablado este idioma antes de la lesión y sólo había tenido una mínima exposición al escucharlo hablar a algunos de sus amigos.
Aunque la situación de Reuben puede parecer extremadamente peculiar, su caso no es tan raro. La respuesta radica en cómo se almacenan ciertos tipos de datos en el cerebro. Existen casos en que los recuerdos se almacenan de tal manera que son inaccesibles a la conciencia, por lo tanto no pueden ser recuperados, excepto en circunstancias extremas. También hay muchos casos de "recuerdo de procedimientos", por ejemplo, gente que puede escribir una contraseña pero no puede reproducirla verbalmente.
Circuitos latentes
Si bien caso de Reuben Nsemoh no es un ejemplo de capacidad repentina para acceder a un procedimiento, lo suyo es más probable que se trate de un caso en el que los recuerdos se almacenan de una manera no totalmente eficaz.
Cuando guardamos en el cerebro el vocabulario y las reglas gramaticales de un idioma generamos nuevas conexiones neuronales, además, se depositan proteínas entre estas neuronas para lograr que se activen juntas, que es lo que sucede cuando la memoria es recuperada conscientemente.
Al aprender un idioma por primera vez, las conexiones son bastante inestables y pueden disolverse fácilmente, es decir, si no se usa el nuevo lenguaje durante mucho tiempo, las conexiones cerebrales asociadas con dicho idioma pueden ir desapareciendo, incluso por completo. Pero en otros casos, simplemente se vuelven latentes. Esto significa que las redes neuronales todavía están allí, pero la señal de una célula a otra es infrecuente o débil. En tales casos, parecerá que la persona ha olvidado el idioma.
Es muy probable que algo similar haya sucedido a Reuben. Su exposición al español de sus amigos aparentemente dio lugar a circuitos neuronales inactivos que fueron despertados por la inundación de químicos procedentes de células muertas tras el accidente. Una vez estimuladas, estas conexiones neuronales pueden haber llegado a ser lo suficientemente estables como para estimular la recuperación del idioma español en la memoria, a pesar de que nunca lo había hablado antes de la lesión.
Este tipo de casos ilustran que cuando estamos expuestos a idiomas que no conocemos, en realidad podemos aprenderlos, aunque no podamos hablarlos.
Quizás, la tarea de los neurocientíficos sería encontrar un medio para que las personas puedan acceder a este tipo de habilidades lingüísticas sin tener que pasar por una lesión cerebral traumática.
Referencias:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK10878/
http://www.livescience.com/43595-procedural-memory.html
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