Hombres, mujeres y autopercepción de belleza


Una investigación publicada el pasado mes de julio en la revista ‘Cognitive Psychology’ asegura que los hombres tienden a sobrestimar su atractivo. En cambio las mujeres son más propensas a subestimar el suyo.



Para llegar a esta conclusión los investigadores de la Universidad Bowling Green (Ohio, Usa) realizaron una serie de encuestas a 160 estudiantes universitarios de amos sexos.
En uno de los sondeos se les solicitó a los participantes que calificaran su propio nivel de belleza. También se les pidió que calificaran el nivel de atractivo de otros participantes del experimento, incluso algunos de su propio sexo.

Tanto para evaluar el atractivo autopercibido como el de otros participantes, se utilizó una escala de ocho puntos. El resultado arrojó que en las calificaciones de atractivo autopercibido, en promedio, los hombres se otorgaron mejores puntajes que las mujeres. Sin embargo, cuando se evaluó las calificaciones otorgadas a otras personas, las mujeres fueron clasificadas como más atractivas que los hombres.

Según los investigadores, esto es consistente con anteriores sondeos que muestran que los hombres tienden a sobrestimar su propio nivel de atractivo, mientras que las mujeres tienden a verse menos atractivas de lo que realmente son.


Por ejemplo, un estudio realizado en 2010 encontró que cuando una mujer se mira al espejo tiende a centrarse en "lo que está mal" es posible que sea por esto que nunca se siente lo suficientemente bonita. En cambio, cuando un hombre se mira al espejo tiende a centrarse en "lo que está bien", quizás para tranquilizarse a sí mismo (y a su ego) es que busca sus rasgos más positivos.

Una vuelta de tuerca

Los investigadores también examinaron si las calificaciones de nivel de atractivo que los participantes otorgaban a otras personas, dependían de su propio nivel de atractivo autopercibido. Se encontró que esto era así, pero sólo para los hombres. Es decir, aquellos hombres que se clasificaron a sí mismos como más atractivos, eran más propensos a calificar a otros individuos (tanto mujeres como hombres) como más atractivos. Las mujeres, en cambio, no mostraron esta tendencia.

¿Por qué ocurre esto? Mientras en la primera parte de la investigación vimos que el hombre tiende a exagerar su propio nivel de belleza, quizás para verse más competitivo (aunque sólo sea para sí mismo), la segunda parte sugiere que otros factores pueden estar en juego. Tal vez los hombres realmente atractivos simplemente se sienten más cómodos que otros otorgando altas calificaciones porque son individuos más seguros, ya que no tienen demasiada competencia, sin embargo, el mismo concepto no se aplica a las mujeres. O tal vez, los hombres que se perciben a sí mismos como atractivos (pero no lo son) son más indulgentes en la clasificación del atractivo de los demás, de la misma manera que son indulgentes con su propio atractivo.

Independientemente de estas razones, un dato interesante se destaca: Las mujeres tienen una visión más realista a la hora de juzgar el atractivo: No sobrestiman el suyo (como hacen los hombres), ni tampoco asumen que su propio nivel de belleza incline sus calificaciones sobre el atractivo de los demás.