Una investigación de la Universidad de Cardiff concluye que masticar chicle ayuda a mantenernos abstraídos durante más tiempo en actividades que requieren concentración mental prolongada, por ejemplo estudiar o en algunos trabajos.
También presenta beneficios en el deporte, veamos porqué.
Este hallazgo de la Universidad de Cardiff se suma a la investigación hecha hace algunos años por científicos japoneses en la que descubrieron que aquellos que mascan chicles tienen un poder de reacción ante estímulos visuales un 7% superior que aquellos que no están masticando chicles.
La investigación japonesa
En el caso japonés, la investigación, contó con la ayuda de 17 jóvenes a los que se les solicitaron que activaran un pulsador en reacción a estímulos visuales que contemplaban ante un monitor de computadora. Cada uno de los participantes realizó el experimento varias veces, en algunos casos mascando chicle y otras veces sin nada en la boca.
Los resultados arrojaron que mascando chicle, el tiempo de reacción de los voluntarios mejoró en un 7%, o expresado en tiempo, un promedio de 36 milisegundos de mejora. Puede ser que esto sea considerado como muy poco tiempo, pero debemos tener en cuenta que en muchos deportes, unos milisegundos son la diferencia entre un jugador promedio o un gran jugador.
Según explicaron los investigadores de la Universidad de Chiba, los movimientos continuos de la mandíbula que hacemos cuando tenemos goma de mascar en la boca estimulan ciertas regiones del cerebro como la corteza premotora (esta área es responsable de lo los procesos de planificación, control y ejecución de las funciones motoras voluntarias).
Al estimular la corteza premotora, se prepara al cerebro para la reacción, los cual contribuye a una mejora del rendimiento motor, o sea el movimiento de la persona.
En el caso de la Universidad de Cardiff
El estudio realizado por investigadores de esta universidad se centra en los potenciales beneficios de masticar chicle durante una tarea de relacionada con la memoria auditiva.
En el estudio participaron 38 individuos separados en dos grupos, un grupo en el cual todos masticaban chicle y el otro que ninguno podía masticar chicle.
Ambos grupos completaron una tarea que incluía escuchar una secuencia de números del 1 al 9 en forma desordenada. Luego se puntuó a los participantes teniendo en cuenta la rapidez y precisión con la que fueron capaces de detectar dicha secuencia de números.
Los resultados mostraron que el grupo de los que mascaron chicle tuvieron tiempos de reacción más cortos, es decir, fueron más veloces, y también resultados más precisos que los del grupo que no mascaron chicle, especialmente hacia el final de la actividad.
Paradójicamente, los del grupo que no mascaron chicle lo hicieron las cosas un poco mejor al principio, pero fueron superados al final.
Esto les sugirió a los investigadores que el chicle ayuda a concentrarnos en actividades que requieren vigilancia durante un periodo de tiempo más largo y de manera continua.
Con 10 segundos alcanza...
Además, aseguran que sólo son necesarios 10 segundos de masticación para activar las regiones cerebrales responsables de que se produzca esta mejora en el rendimiento.
Así que según los científicos, la próxima vez que necesitemos mejores reflejos o queramos reaccionar más rápido ante un estímulo, el simple hecho de masticar un chicle nos puede ayudar.