Esa melodía que se nos graba en el cerebro


Cuantas veces nos ha pasado que se nos pega una canción y no podemos borrarla de la cabeza.
Desde los recientes Harlem Shake o Gangnam Style hasta el más simple y pegadizo estribillo de alguna publicidad… ha quedado grabado en nuestras neuronas y durante días o semanas resonó en nuestra cabeza como un disco rayado.
Veamos porqué se produce este curioso comportamiento.



La música tiene esa capacidad única de provocarnos diferentes sensaciones, desde escalofríos a hacernos emocionar hasta las lágrimas.
Con unas sencillas notas musicales se puede componer una gran melodía… o una insoportable, el problema es cuando la letra o música pegadiza se mete en nuestra cabeza y no se va en ningún momento.
Hay canciones en la radio, en la tele, en los avisos publicitarios, todo se hace con música, en la vida misma todos tenemos una banda sonara que nos persigue.


La investigación

Después de varias investigaciones, un grupo de científicos del Departamento de Psicología de la Western Washington University en Estados Unidos, han revelado algunas pautas que contradicen muchas creencias generalizadas… por ejemplo, el mito de que las canciones más repetitivas y de peor calidad son las que se "prenden" antes a nuestro cerebro.

"Al contrario de la tesis que asegura que solamente las canciones que nos resultan más fastidiosas se nos quedan grabadas, hemos visto que son las canciones que a la gente le gusta las que más frecuentemente se vuelven invasivas, ocurre que cuando una canción nos gusta y la tenemos retenida en nuestro cerebro, esto lo tomamos como normal, que es así porque la melodía nos parece bonita, en cambio cuando esto ocurre con una canción que no nos gusta, ahí si reaccionamos y nos preguntamos ¿por qué no me puedo sacar esta maldita canción de la cabeza?".

Los científicos comprobaron también que cuanta más música escuchemos, más posibilidades tenemos de quedarnos prendidos de una canción y que, a menudo, los estribillos que se repiten constantemente siguen "pistas" determinadas en la mente.
"Por ejemplo, escuchar una palabra que forme parte de la letra de un tema, inconscientemente puede traer la canción a la mente y que el círculo de repeticiones empiece", aseguran los científicos que realizaron la investigación.

Además, si un individuo continúa recitando en su mente una canción que acaba de escuchar, las probabilidades de que esa melodía vuelva a su cabeza en las siguientes 24 horas aumentan considerablemente.


Música, cerebro y divagues

En dicha investigación también se ha comprobado que las melodías que se alojan en nuestro cerebro comparten muchas características con las divagaciones de la mente. Efectivamente, éstas tienden a aparecer con mayor frecuencia cuando el cerebro está realizando tareas rutinarias, que exigen un esfuerzo cognitivo bajo.

"Cuando los individuos están realizando actividades automáticas o poco interesantes, con frecuencia su mente divaga esto contribuye a que el cerebro empiece a buscar claves para su distracción y allí aparece la música".

También se observó que (con menos frecuencia), las canciones repetitivas también pueden aparecer en los momentos en los que la mente se enfrenta a una decisión importante, es decir, cuando el cerebro está concentrado intentando encontrar una solución a una dificultad cognitiva, allí también puede darse la circunstancia para que aparezca esa melodía que tenemos guardada en nuestras neuronas.

Estos hallazgos aseguran los investigadores, pueden ser relevantes para encontrar nuevas formas de frenar los pensamientos obsesivos muy comunes en las personas con problemas de ansiedad.

"En los experimentos, hemos observado que es sencillo comenzar y manipular ciclos de canciones invasivas. En ese sentido, la música podría darnos muy buenas herramientas para investigar por qué aparecen determinados pensamientos no deseados y cómo controlar esos pensamientos", aseguraron los científicos.