La edad en que los niños comienzan a tomar conciencia del daño que pueden ocasionar al cometer un delito y a sentirse responsables por sus acciones es una discusión que se remonta a muchísimo tiempo atrás.
Hoy en día, en la mayoría de los países del mundo este principio se reconoce por ley como "edad de responsabilidad penal". Por ejemplo, en España la edad de responsabilidad penal es a partir de los 14 años, en Inglaterra a los 10, en algunos estados de Estados Unidos es a los 7 años y en Bélgica a los 16.
En parte, esta enorme variación en todo el mundo se puede explicar debido a la poca investigación psicológica acerca de la comprensión de los niños frente a actos delictivos.
Un nuevo estudio realizado en Australia y publicado en la revista 'Legal and Criminological Psychology' ayuda a hacer frente a esta carencia, descubriendo que niños de tan sólo 8 años son tan capaces como los adolescentes y adultos en reconocer la gravedad de actos delictivos, en comparación con una mera picardía (una capacidad vital para que una persona sea considerada penalmente responsable de sus acciones).
Dos investigadores, Kay Bussey y Paul Wagland, de la Universidad Macquarie (Sidney) mostraron decenas de historias a niños, adolescentes y adultos jóvenes cuyas edades oscilaban entre los 7 y los 22 años.
Dichas historias describían incidentes relativos a asaltos, delitos contra la propiedad, robos e incendios intencionales. La edad y el sexo del agresor de las historias siempre estaban en concordancia con la edad y el sexo de la persona que leía la narración.
La mitad de los participantes leyeron versiones que eran equivalentes a un delito, mientras que la otra mitad leyó versiones que describían actos más afines a una mera travesura.
Los investigadores encontraron que los niños a partir de los 8 años, ya calificaban los actos criminales de la misma forma que los demás participantes de mayor edad. Esto quiere decir que a partir de esa edad los hechos delictivos fueron catalogados como moralmente más negativos que las travesuras. También hicieron juicios más severos cuanto más graves eran los delitos, especialmente cuando habían víctimas.
Es más, a partir de los 8 años eran tan capaces como los mayores en reconocer la ilegalidad de los actos delictivos, de las consecuencias que éstos podrían derivar en términos de castigos y en lo injustificables que eran los hechos en sí.
Los autores dicen que los resultados mostraron que a partir de los 8 años, los niños pueden comprender lo ilícito de una conducta criminal y evaluarla de manera diferente a una travesura.
Por supuesto, los investigadores reconocen que depende de muchos otros factores el hecho de si un niño debe ser considerado penalmente responsable por sus acciones. Pero también es cierto que este estudio aclara algunos puntos sobre la comprensión de la criminalidad durante la infancia.
Referencia: http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/lcrp.12090/abstract
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