A lo largo de la historia, los factores y procesos que estimulan la creatividad han sido un misterio para el hombre, es por esta causa que, subyacentemente, en la antigüedad se apelaba a un vocabulario que invocaba a lo fantástico para describirla, por ejemplo "inspiración divina" se ha utilizado con frecuencia para describir lo inherente a la creación de las grandes obras.
En tiempos remotos, se apelaba a fuerzas celestiales y omnipresentes para explicar cualquier cosa considerada no natural, desde grandes desastres o enfermedades hasta las obras de los genios de la época. Ahora que tenemos una comprensión mucho más profunda de la psicología humana y de los procesos científicos que ocurren en el universo, entendemos mejor muchos de aquellos fenómenos que alguna vez fueron verdaderos misterios.
Si bien la ciencia todavía está tratando de entender completamente la mente y el comportamiento humano, el psicoanálisis ha dado algunas potenciales pistas de porqué creamos. Por ejemplo, Sigmund Freud que si bien con su método psicoanalítico no pudo explicar por completo los procesos detrás del arte y la creatividad, llegó a una serie de conclusiones sobre el tema.
Freud y la creatividad
Freud sostenía que el proceso creativo es una alternativa a la neurosis, una especie de mecanismo de defensa contra los efectos negativos de las mentes atormentadas, una manera de traducir esa energía en algo socialmente aceptable, con lo que el individuo podría complacer y entenderse con los demás.
Desde ya que no todo el arte es socialmente aceptable, pero aún así, los artistas rechazados buscan una validación de su talento en la aprobación de algunos artistas con ideas afines, como mecanismo de defensa.
Si nos basamos en la teoría de la personalidad de Freud, la principal fuente de inspiración para el arte tiene sus raíces en la libido, esta energía se convierte en una forma de interpretación más compleja y se manifiesta culturalmente a través del individuo con el fin de ayudar a que su ego se sienta más ajustado y aceptable para el resto de las personas. Es decir, corrige impulsos excitantes transformándolos en obras creativas agradables.
Lo que Freud no pudo entender a través de su método psicoanalítico, es de qué forma el artista logra elaborar su arte de manera tal que genere tanto placer en los demás, esta perspectiva referente al "don" del artista, fue un misterio para el padre del psicoanálisis.
Algunos investigadores posteriores se atrevieron a conjeturar algunas respuestas, entre muchas, una de las más nos gusta es la teoría de la conexión con el "niño interior". Muchos científicos afirman que los artistas están más en contacto con su niño interior (y los procesos que los niños utilizan para entender el mundo) y es precisamente está conexión lo que produce un "clic" en las otras personas, generando una atracción hacia el artista y su obra (conexión que ellos pueden haber perdido al ocuparse más por los aspectos de la realidad externa).
Sin embargo, hasta ahora nadie está muy seguro de como surge este talento, ni como se puede desarrollar en quienes no está presente de forma natural.