Lograr y mantener la felicidad puede ser difícil, especialmente cuando las personas no participan de actividades que saben que la facilitan.
Muchas personas, sobre todo en los países desarrollados, tienen una vida relativamente cómoda, sin embargo, no se sienten felices. Algunos investigadores del comportamiento humano manifiestan que este fenómeno se debe, en parte, a que los individuos pasan demasiado tiempo libre en actividades pasivas, como mirar televisión, navegar por Internet, etc. en lugar de involucrarse en tareas activas y psicológicamente exigentes como cocinar, realizar ejercicios físicos o desarrollar alguna actividad artística. Es decir, tareas que permiten la oportunidad de experimentar el flujo energético, esa coyuntura en la que nuestras habilidades se satisfacen con las exigencias del desafío.
Un nuevo estudio publicado en el "Journal of Psychology" examina esta cuestión. ¿Nos damos cuenta de que perseguir actividades más activas y desafiantes nos hará más felices en el largo plazo? Si es así, ¿por qué entonces optamos por gastar tanto tiempo libre en actividades que son agradables en el momento, pero poco probable que nos traigan una felicidad duradera?
La investigación
A través de dos estudios relacionados, investigadores de la Universidad de Colorado encuestaron a unas 300 personas (ambos sexos, edad promedio 34 años) que visitaban asiduamente sitios como Amazón Mechanical Turk, es decir, webs que promueven realizar diferentes actividades, algunas pasivas, como ver películas o escuchar música y otras activas como realizar actividades artísticas, por ejemplo, pintar.
Específicamente, los participantes debían valorar lo agradable, esforzado o desalentador que consideraban realizar determinadas actividades, así como la frecuencia con la que participaban en algunas de ellas en una semana normal. Los participantes también debían identificar las actividades que consideraban más y menos conducentes a una felicidad duradera.
Analizando sus otras opiniones, el factor clave que parecía disuadir a los participantes de participar en actividades más dinámicas, es que tienden a ser vistas como particularmente desalentadoras y menos agradables, a pesar de estar asociadas con una felicidad duradera. Cuanto más desalentadora era una actividad, menos se emprendía (por el contrario, y para sorpresa de los investigadores, el esfuerzo percibido de la actividad no parecía ser un impedimento).
Los autores consideran a esto como una paradoja de la felicidad: sabemos qué tipo de actividades nos traerán una felicidad duradera, pero porque las vemos como desalentadoras o menos agradables (en el momento) elegimos pasar mucho más tiempo haciendo actividades pasivas en nuestro tiempo libre.
Referencia:
http://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/17439760.2017.1279209
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