¿Serías más feliz si fueras más atractivo o atractiva? La mayoría de nosotros tiene la sospecha de que sí, que seríamos más felices si tuviéramos rasgos faciales más atractivos y un cuerpo más atlético.
No es casualidad que los cosméticos, las membresías a los gimnasios y las cirugías plásticas están generalmente al alza. Pero… ¿no estaremos siendo presas de una ilusión?
Una investigación publicada en la revista "Journal of Happiness Studies" muestra que probablemente tengamos una visión no tan realista sobre este tema.
En la investigación, realizada conjuntamente por la Universidad de Mannheim (Alemania) y la Universidad Adam Mickiewicz (Polonia), se solicitaba a un grupo de estudiantes de ambos sexos realizar un cuestionario que básicamente abarcaba dos temas: su vida amorosa y su felicidad en general. En las preguntas sobre la vida amorosa también se tocaban aspectos sobre la percepción de su propio atractivo físico.
Finalizados los cuestionarios, los investigadores encontraron que los resultados dependían del orden de las preguntas. Por ejemplo, cuando las preguntas sobre la vida amorosa estaban en primer lugar, había una correlación bastante fuerte entre el número de citas románticas que la persona había tenido en el último año y su nivel de felicidad en general. Pero en aquellos individuos a los que se les invirtió el cuestionario, es decir, las preguntas acerca de la felicidad se hicieron primero, la conexión entre los encuentros románticos y la felicidad desaparecía.
En general, los resultados fueron similares a lo que los autores esperaban: las personas con más confianza en su apariencia física tendían a ser un poco más felices que aquellos que pensaban que eran menos atractivos. La satisfacción con el cuerpo explicaba alrededor del 19% de la variación de felicidad de la vida en general. Pero, como hemos dicho, sólo si las preguntas sobre la vida amorosa estaban en primer lugar. De lo contrario, la gente altamente satisfecha con su apariencia apenas era un poco más feliz que quienes no se consideraban atractivos.
Al igual que la "ilusión del enfoque" predice, parece ser que sólo cuando se nos hace pensar en nuestra vida amorosa y su relación con nuestra apariencia física, es allí cuando el atractivo (o la falta de él) es más relevante para nuestra felicidad.
Esta investigación nos deja algunos elementos de reflexión, sus resultados nos podrían hacer repensar un poco acerca de nuestra búsqueda de belleza (y sus costos). No hay nada malo en el hecho de tomar con orgullo el atractivo de nuestra apariencia física, pero está claro que ninguna cantidad de cosméticos, gimnasios ni cirugías estéticas van a lograr una felicidad completa. Por tanto, antes de gastar dinero en la búsqueda de la perfección, es posible que consideremos si es algo que realmente hará una diferencia en nuestra vida, o simplemente estamos persiguiendo un espejismo.
Referencia: http://link.springer.com/article/10.1007%2Fs10902-014-9598-0
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