Generalmente las emociones nos motivan a hacer algo, esto puede implicar la adopción de medidas que alteren un estado de ánimo negativo o para reducir el estrés.
A diferencia del miedo, que inmediatamente nos motiva a defendernos, emociones como la ansiedad o la angustia son bastante ambiguas en cuanto a sus reacciones. En estos casos, una acción plausible bien podría ser la búsqueda de confort.
Sin embargo, esta apariencia de consolarse a sí mismo puede estar equivocada. Muestras evidentes de esto abundan, por ejemplo, cuando sentimos que estamos estresados y necesitamos comer algo. Al igual que con el alcohol u otras sustancias que alteran la mente, su estado de ánimo puede mejorar, pero sólo por el momento.
En una investigación reciente sobre las mejoras en el estado de ánimo como resultado del consumo de alimentos para sentirse emocionalmente mejor, los investigadores llegaron a la conclusión de que a este tipo de comidas se le acreditan efectos del estado de ánimo que, en realidad, se habrían producido incluso en su ausencia. Otro dato hallado es que la mejora en el estado de ánimo se produce después de unos tres minutos, independientemente de si la persona comía esta comida, otros productos alimenticios o no hubiese comido nada.
En un estudio de largo plazo con casi 30 mil adultos, los investigadores llegaron a la conclusión de que la percepción de que el estrés es perjudicial para la salud está asociada a problemas, tanto de salud mental como de salud física.
Obviamente, si usted tiene dificultades y se angustia aún más por esos problemas, la emoción se magnifica y se hace aún más angustiante. Por el contrario, una respuesta saludable al estrés es reconocer que los síntomas son una señal de que usted está afrontando un reto (o se está preparando para hacerle frente).
Aceptar e interesarse por las emociones negativas en lugar de suprimirlas, está vinculado con un mejor funcionamiento sensitivo, por ejemplo, no victimizarse o de estar menos a la defensiva.
Obviamente, en algunas circunstancias la supresión de las emociones puede beneficiarnos. Pero en la vida cotidiana, cuando tratamos de suprimir la ansiedad, la nostalgia, la tristeza, la vergüenza u otras emociones negativas mediante métodos poco saludables, como la búsqueda del confort, sería loable que desee echar un vistazo a lo que siente y a lo que se puede descubrir de ello. Después de todo, el propósito de una emoción es que la persona se inquiete al percibir un cúmulo de sensaciones, y de esa forma, organizar, motivar y dinamizar sus acciones y pensamientos. Por tanto, las emociones son una gran oportunidad para el aprendizaje. Aunque es comprensible que a veces es difícil sentarse con ellas y escuchar lo que nos están queriendo decir.