Algunas décadas atrás, salvo un político o un gran empresario, era bastante improbable que una persona se viera en la exigencia de hablar en público. Pero en nuestros días, hasta en cualquier pequeña empresa nos podemos encontrar con la obligación de presentar un nuevo producto o dar una charla a nuestros colegas o compañeros.
Mucha gente, a la hora de hablar en público, percibe miedo a ser evaluado negativamente.
Veamos como tratar de evitarlo, si usted algún día se ve en el compromiso de hacerlo, ya que saber expresarse ante otras personas se ha convertido en una herramienta esencial.
Hablar en público no es una actividad muy agradable para la mayoría de la gente y cuanto más grande sea la importancia del evento, mayor es el miedo.
Todos podemos comunicarnos pero unos pocos tienen el don de la elocuencia.
¿Sabes qué es ser elocuente?
¿Recuerdas haber sentido cierto deslumbramiento al oír a alguien en especial?
¿Recuerdas haber sentido placer a medida que sus palabras surgían?
¿O haber sentido la necesidad de hacer inmediatamente lo que la persona estaba sugiriendo?
Eso es justamente ser elocuente.
Somos una sociedad de masas
En una sociedad de masas, hablar en público a veces significa una oportunidad y hay que saberla aprovechar.
Cuándo va a hablar para un público es imprescindible tener claro la finalidad de la participación, ya sea para transmitir una opinión sobre un tema determinado, dar a conocer los resultados de la empresa, etc.
El fin de hablar en público es lograr establecer una comunicación efectiva y afectiva con quien está escuchando, si se logra esto será mucho más fácil transmitir sus ideas.
Aunque sea natural estar un poco nervioso, cuando se va a hablar en público, hay que tener muy claro que quienes están escuchando no son sus enemigos que están esperando el más ínfimo error para saltar sobre usted, por eso es importante detectar los pensamientos negativos que podamos tener en ese momento, al localizarlos, se pueden examinar, al examinarlos, se pueden rectificar.
No se preocupe tanto, hablar en público no es una tarea difícil, es fácil, no es más que conversar, y eso es algo que usted seguramente hace muy a menudo. El secreto desaparece una vez que se ha instruido en cómo hacerlo.
Algunos consejos para hablar en público:
- Al final la gente que lo oiga habrá percibido una o dos de las mejores ideas que usted describa. Sólo una o dos; recuérdelo y hágase fuerte en esos puntos.
- Una buena manera de empezar es saber la frase final, una vez que sabe a dónde va, puede elegir el camino que más le guste para llegar. Es importante tener un final convincente ya que es lo que la gente más va a recordar mejor.
- Sea sincero, ya que si se muestra distinto de cómo es usted en realidad, seguramente no logre convencer a su auditorio.
- Si lo que usted procura transmitir no le despierta verdadero interés, menos lo despertará en los demás.
- No comience a hablar hasta que haya captado la atención de todas las personas, cada una de ellas entenderá que usted le está hablando a ella.
- Leer no resulta tan efectivo como hablar; expresarse espontáneamente quizá no sea tan pulido, pero es mucho mejor.
- Respire lento, cuando estamos nerviosos, frecuentemente olvidamos cómo respirar correctamente, y toda persona que acostumbra a hablar en público conoce la importancia de la respiración.
- No sólo hay que estar atento de lo que se dice, sino cómo se dice, de las palabras que se emplean, de los movimientos, de los gestos, de la forma de vestir, etc. Todo será evaluado y definirá el mayor o menor éxito de la intervención.
Los seres humanos somos por carácter e idiosincrasia seres sociales, repartimos la mayor parte de nuestras vidas en estar con otras personas.
Por lo tanto las aptitudes de comunicación nos ayudan a mejorar nuestros vínculos interpersonales.