Sensibilidad interoceptiva y su relación con la inteligencia emocional


Para empezar, vamos a realizar un sencillo ejercicio: adopte una posición de descanso, sentado cómodamente en una silla o recostado en una cama. Permanezca inmóvil durante un par de minutos, respirando de manera uniforme hasta que su cuerpo esté relajado y en calma. Ahora concéntrese en los latidos de su corazón, sin comprobar manualmente, sienta su corazón latiendo dentro de su pecho ¿Eres capaz de percibir los latidos?


latidos

Algunas personas son mejores que otras en esta tarea, y si usted es capaz de detectar los latidos del corazón, es muy probable que sea una persona con una alta sensibilidad interoceptiva. Esta capacidad está relacionada con algunas experiencias emocionales tales como la capacidad de recuperación al estrés, la empatía y la inteligencia emocional.


La sensibilidad interoceptiva es la capacidad de sentir las señales internas de nuestro propio cuerpo como el ritmo cardíaco, la respiración y las funciones gastrointestinales.

¿Cómo la sensibilidad interoceptiva da forma a nuestras emociones?

Diversos estudios han demostrado que aquellas personas que mejor detectan sus señales corporales internas (o sea, tienen mayor sensibilidad interoceptiva) tienden a ser más emocionales. Por ejemplo, una investigación de la Universidad de Estocolmo (Suecia) del año 2001, encontró que aquellos individuos que mejor detectaban sus latidos del corazón tendían a catalogar fragmentos de películas como más emocionales e intensos.
La teoría es que las personas que son más sensibles a sus estados de excitación corporales internos tienden a experimentar las emociones con mayor intensidad, que aquellos que son menos sensibles a sus señales corporales.

Por otra parte, en individuos con alexitimia o autismo, la interocepción se deteriora. Como era de esperar, estas personas obtienen peores resultados en la tarea de conteo de sus latidos del corazón. De hecho, se encontró que las personas autistas que mostraron mayor desajuste interoceptivo puntuaron más alto en ansiedad y más bajo en sensibilidad emocional.


Cerebro y procesamiento emocional

Un estudio del 2004 de la Universidad de Sussex (Reino Unido) demostró que los niveles de sensibilidad interoceptiva pueden rastrearse en el cerebro, en una zona llamada corteza insular.
A un grupo de personas se les solicitó detectar y contar los latidos de su corazón estando acostados, mientras tanto, sus cerebros eran analizados por un escáner de resonancia magnética. Aquellos que tuvieron un buen desempeño en el conteo, no sólo mostraron una mayor activación de la corteza insular sino que también tenían más volumen de materia gris en dicha área cerebral.
La corteza insular está fuertemente involucrada en la evaluación de las sensaciones corporales que a su vez dan lugar a nuestras experiencias emocionales. Un daño en dicha corteza puede dar lugar a deficiencias en el procesamiento emocional que se asemejan a las de la alexitimia.


¿Cuáles son los efectos positivos de la sensibilidad interoceptiva?

En general, los estudios han demostrado que las personas que mejor se desempeñan en la detección de latidos puntúan más alto en los tests de inteligencia emocional. En concreto, una mayor precisión interoceptiva está correlacionada no sólo con la capacidad de comprender mejor las emociones, sino también de utilizarlas con prudencia con el fin de facilitar la ejecución de tareas.

Otro rasgo positivo relacionado con las buenas habilidades interoceptivas es la empatía. Un estudio llevado a cabo por la psicóloga y profesora de la Universidad de Londres, Vivien Ainley, demostró que las personas que se desempeñaban bien en la tarea de conteo de latidos del corazón fueron más rápidas en imitar los movimientos de manos de otras personas que aparecían en la pantalla de un ordenador. En un contexto social, este tipo de imitaciones refleja una buena capacidad de relacionamiento con otras personas y es un signo de niveles más altos de empatía.

Por último, las buenas habilidades interoceptivas están relacionadas con una mayor resistencia al estrés. En un estudio reciente realizado en la Universidad de San Diego, a un grupo de voluntarios se les colocó una máscara respiratoria mientras sus cerebros eran observados mediante resonancia magnética. En un momento, y en forma intermitente, el aire de la máscara comenzaba a faltar. Resultó que los participantes con pobre interocepción, al restringirse el aire, mostraban una mayor actividad en la corteza insular (área involucrada en el procesamiento emocional). Mientras que las personas de elevada interocepción apenas mostraron un cambio mínimo. Esto sugiere que las personas con buenas habilidades interoceptivas fueron más flexibles para lidiar con un ejercicio de inducción al estrés.


Referencias:
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/14730305
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20692645



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