La idea de que el cuerpo puede afectar la mente no es nueva, por ejemplo, el psicólogo William James fue el primero en describir cómo la sensación física de miedo lleva al cerebro a percibirlo.
En tiempos más recientes, las investigaciones han extendido el principio de que las sensaciones físicas juegan un papel importante en decisiones morales y otros procesos vistos generalmente como más cognitivos, como la memoria.
Se sabe que ciertas respuestas físicas a la excitación, como la dilatación de las pupilas, se correlacionan con la manifestación de sentimientos de familiaridad.
Ahora, una investigación publicada en el 'Journal of Experimental Psychology' pone a prueba la memoria de las personas en fases específicas de los latidos del corazón. Los resultados proporcionan evidencia convincente de que parte de nuestros sentimientos y juicios de familiaridad son influenciados por señales que surgen en el corazón.
La investigación
Un equipo de investigadores de la Universidad de Western (Ontario, Canadá) hizo mirar a 37 estudiantes de ambos sexos, 68 caras en un ordenador durante 1 segundo y medio cada rostro.
En un ejercicio posterior, los participantes analizaron 136 caras más, la mitad eran nuevas y la otra mitad eran los 68 rostros anteriores.
Durante esta segunda prueba, los estudiantes estuvieron conectados a un monitor cardíaco y algunas de las caras se presentaban en el preciso momento en que el corazón bombeaba sangre hacia las arterias, la llamada frase sístole, mientras que otras caras se mostraban cuando el corazón se relajaba, la fase diástole.
La sorprendente revelación es que los participantes fueron significativamente más propensos a decir que una cara le era familiar si se le presentaba durante la fase sístole. Esto era cierto tanto para las caras conocidas como para las caras nuevas.
En un último análisis, se realizó una prueba de memoria que consistió en ver un conjunto de rostros, algunos ya vistos y otros nuevos, durante 1 segundo y medio. En cada cara, el participante debía oprimir una tecla del ordenador si había visto ese rostro antes, u otra tecla si la cara le resultaba familiar pero no estaba seguro de haberla visto. En el caso de que el rostro no le resultara para nada conocido, no debía realizar ninguna acción.
Curiosamente, en el caso de las caras nuevas, durante la fase sístole del corazón aumentó la tendencia del sentido de familiaridad. Es decir, ver un rostro nuevo en un momento específico del ciclo de latidos del corazón, podría hacerlo ver como más familiar.
Estos resultados sugieren que al hacer juicios de memoria, no solamente intervienen nuestras redes neuronales del cerebro, sino que también actúan ciertas funciones fisiológicas, como los latidos del corazón.
Referencia:
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27019022
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