¿Existe algún mecanismo en el cerebro para poner fin a las relaciones de pareja?


El hecho de formar una pareja duradera con otra persona parece ser una parte intrínseca del ser humano. Mientras que la monogamia podría ser el ideal para la mayoría de la gente, nos guste o no, no somos propensos a quedarnos con una pareja para toda la vida. Más allá de cómo una sociedad elige de qué forma definir el matrimonio, aproximadamente la mitad de todos esos matrimonios acabarán en divorcio.


cerebro y relación de pareja

Y este fenómeno no es exclusivo de los tiempos modernos, las sociedades de cazadores-recolectores eran particularmente propensas al divorcio. Algunas tribus indígenas que viven en América, como la tribu Aché en Paraguay, sus miembros han tenido unas once parejas al momento de llegar a la edad adulta.
O sea, por alguna razón, ya sea en armonía o no, la mayoría de las relaciones de pareja van a llegar a su fin en algún momento.

En este sentido, una investigación realizada por los profesores de la Universidad de Saint Louis, Brian Boutwell y Kevin Beaver, señala que el concepto de un "módulo de rechazo de pareja" no es nuevo.

Los psicólogos evolucionistas han sostenido durante mucho tiempo que la capacidad de terminar una relación y prepararse para una nueva, puede tener claras ventajas en términos de mejorar nuestra capacidad de una reproducción exitosa. Aunque es verdad que hay enormes diferencias culturales e incluso entre diferentes períodos de la historia, que hacen difícil precisar cómo funciona este módulo de rechazo.

Los autores del estudio separaron los ejemplos de separación en dos tipos diferentes, en primer lugar, lo que ellos llamaron "abandono de pareja de primera instancia" como la decisión unilateral de abandonar al compañero/a. Mientras que el abandono de segunda instancia se refiere a cuando se llega a un común acuerdo de las dos partes para concluir la relación.

En este punto, existen diferencias significativas entre hombres y mujeres en términos de por qué y cuándo sus módulos de abandono de pareja se activan. Por ejemplo, al tratar con una infidelidad, hombres y mujeres pueden reaccionar de forma muy distinta dependiendo de lo grave que se considere esa infidelidad.
Dado que los hombres son más sensibles a la posibilidad de otorgar recursos al hijo de otro hombre, son menos propensos a perdonar la infidelidad sexual. Por otro lado, las mujeres son menos propensas a perdonar la infidelidad emocional (su pareja se enamora de otra mujer) ya que deja de ser una "apuesta segura" en términos de apoyo hacia ella y sus hijos.
El tipo de recursos que una mujer posee también desempeña su papel importante en el mecanismo de abandono de su compañero. Ya que si es capaz de mantenerse a sí misma, la decisión de terminar será más fácil que aquellas mujeres que podrían quedar desamparadas después del divorcio.


Bases neurológicas

Dicho lo anterior, ¿es posible utilizar la neurociencia para entender cómo funciona el poner fin a una relación tanto para hombres o mujeres? En el estudio, los investigadores examinaron algunas bases neurológicas del amor que incluyeron estudios de resonancia magnética.
Dichos análisis incluyeron las cortezas orbitofrontal y prefrontal, el lado derecho del área tegmental ventral y el estriado ventral, todos áreas implicadas en la recompensa y placer del cerebro.

Mientras que, a nivel cerebral, la sensación asociada con el fin de una relación amorosa puede parecerse a la retirada de un fármaco, tanto el abandono primario como el secundario tienen lugar después de un proceso gradual de superar cierto pesar. Una vez que esto ocurre, la corteza prefrontal comienza un proceso de "asimilación" para prepararse para una nueva pareja.

Un ejemplo interesante de cómo la bioquímica del cerebro puede afectar una relación de pareja, puede observarse en el uso de ciertos compuestos antidepresivos, como por ejemplo, los inhibidores selectivos de recaptación de serotonina.
Mediante la declinación de los niveles de serotonina, los niveles de dopamina y algunos otros neurotransmisores del cerebro también se ven afectados. Esto puede, además de provocar una bajada de testosterona, anular algunos sentimientos románticos y de apego. Esto podría desencadenar una preferencia hacia la variedad sexual y aumentar el riesgo de infidelidad. Esto explica porqué algunas personas (sobre todo hombres) presentan un comportamiento más promiscuo con el uso de estos medicamentos. Pero también puede ayudar a entender cómo los cambios bioquímicos en el cerebro pueden conducir a problemas de pareja.


Para terminar

Aunque exista el "hasta que la muerte nos separe", ese tipo de vínculo tiende a ser poco frecuente. A pesar de ello, en muchos sentidos, poner fin a una historia de amor se parece bastante a la superación de la adicción a una droga (investigaciones cerebrales confirman esto). Aún así, el cambio de pareja parece haberse convertido en una parte importante de la condición humana. Y aunque la ciencia ha realizado una enorme cantidad de investigación sobre vínculos amorosos, todavía queda mucho por comprender sobre lo que ocurre en el cerebro que hace que las personas ya no quieran seguir en una relación con sus parejas.


Referencia:
http://psycnet.apa.org/?&fa=main.doiLanding&doi=10.1037/gpr0000022