Hace un tiempo, en un conocido sitio web de preguntas y respuestas alguien hizo la siguiente pregunta: ¿Si un árbol cae en un bosque y no hay nadie alrededor, hace ruido?
Algunas respuestas generaron controversia ya que los usuarios no se ponían de acuerdo.
Sin embargo, la mayoría de la gente puede pensar que esta respuesta es discutible. Pero no lo es, ya que si por "ruido" entendemos la experiencia subjetiva del crujir de la madera, la respuesta es: No. No hay ruido si no hay nadie allí.
Lo cierto es que fuera de nuestras cabezas no hay nada de las percepciones que constituyen nuestra realidad subjetiva. No hay colores, no hay sonidos, no hay sabores u olores.
Los seres humanos experimentamos el mundo de manera que creemos que existen cualidades perceptivas externas, y que nuestros sentidos sólo las traen hacia nosotros. Pero nuestras percepciones no existen fuera de nosotros, sólo se construyen en nuestro cerebro.
Ahora, de qué forma el cerebro logra construir la capacidad de nuestras percepciones, aún se desconoce. Pero desde una perspectiva científica se estima que se crean en función de la actividad del cerebro.
¿Qué tiene que ver esto con la evolución?
Si aceptamos que las percepciones son generadas por nuestro cerebro, y que a su vez, el cerebro ha evolucionado a lo largo de innumerables generaciones, entonces llegamos a la conclusión de que las percepciones se construyeron mediante adaptaciones evolucionadas.
Esta idea nos sugiere que todo nuestro mundo perceptivo se basa en el funcionamiento de mecanismos mentales evolucionados. Y de hecho, no sólo nuestro mundo perceptivo, con ello también nuestras emociones básicas.
Cuando se entiende este concepto comenzamos a entender mejor la psicología evolutiva, y su manera de advertir la naturaleza y el comportamiento humano.
Por supuesto, que para mucha gente es muy difícil aceptar que nuestras percepciones son "ilusiones". Literalmente, vivimos de lo que vemos y oímos continuamente. Comprender intuitivamente nuestra naturaleza psicológica evolucionada no es nada fácil, porque estamos dentro de ella.
Tomemos como ejemplo la diferencia entre sexos. Para una persona de un determinado sexo sería muy difícil existir dentro de la naturaleza básica del otro. Los hombres asumen que las mujeres perciben el mundo igual que ellos, lo mismo ocurre con las mujeres. Por ejemplo, supongamos que uno de los sexos fuera daltónico, éste asumirá que el otro sexo ve el mundo de la misma manera.
Para terminar
La naturaleza humana no es más que un vasto conjunto de características que han sido moldeadas por la selección natural. Para nosotros, nuestra naturaleza humana es prácticamente invisible. Sin embargo, la psicología evolutiva puede ayudarnos a esclarecer dicha naturaleza, que no podemos ver porque estamos inmersos en ella.