Correr el riesgo ¿si o no?


Cuando tomamos decisiones peligrosas o arriesgadas, hay que hacer frente a la posibilidad que no nos vaya bien. Por esa razón, el cerebro ha desarrollado mecanismos para evaluar los riesgos y evitarlos llegado el caso.
Sin embargo, hay gente que asume enormes riesgos o se enfrenta a grandes peligros, muchas veces inutilmente o hasta por diversión.



Numerosas investigaciones han comprobado que la gente evita riesgos a menudo, incluso bajo situaciones en las que potencialmente podrían derivarse importantes beneficios. A ese comportamiento se le denomina "aversión al riesgo", pero no todos poseemos el mismo grado de noción de peligro.

Un estudio recientemente publicado informa de la relación que existe entre los diferentes grados de "aversión al riesgo" y el funcionamiento de un área del cerebro denominada amígdala.

La investigación se basa en el estudio de dos personas que tenían la amígdala dañada en una zona en particular y que mostraron una sorprendente falta de aversión al riesgo al realizar apuestas de dinero, a diferencia de otras personas que no sufrían ningún daño.

Según los científicos autores del trabajo, los resultados sugieren que la amígdala juega un papel clave en la generación de la "aversión al riesgo" mediante la inhibición de actuaciones que pueden tener resultados peligrosos. Al parecer, la valoración de la recompensa radica en un circuito neuronal diferente, aunque los dos (el de la valoración de la ganancia y el de la valoración del riesgo) se hallan interconectados, y la decisión que se toma depende de la interacción entre ambos.

Los resultados obtenidos en la investigación sugieren que las diferencias que existen entre unos individuos y otros en relación con este aspecto del comportamiento podrían tener su base anatómica en esta zona del cerebro.

La relación entre la aversión al riesgo y la amígdala parece ser compatible con lo que ya se sabía acerca de este órgano, ya que era conocida su relación con los comportamientos de precaución, vigilancia y temor ante situaciones de incertidumbre.



¿Que es la suerte?... y como atraerla


Dice el dicho que algunas personas nacen con estrella y otras nacen estrelladas. Sin embargo, ¿Eso es verdad? ¿Será que la suerte sólo se encuentra al lado de algunas personas y alejada de otras? o en cambio ¿la suerte se puede atraer y está al alcance de cualquier persona?



Basicamente, se podría decir que existen dos tipos de personas: las que creen en la suerte (que casi siempre están amargadas) y las que se crean sus propias oportunidades. Estas últimas suelen estar más abiertas a todas las opciones, valoran todos los caminos que pueden seguir y, si las cosas no salen como esperaban, se levantan, se sacuden la decepción y siguen adelante buscando una nueva oportunidad. Obviamente, esta forma de comprender la suerte les permite vivir más felices y alcanzar sus objetivos.

Una investigación de un grupo de psicólogos en la Universidad de Saint Mary en Maryland (USA), encontró que las personas "con suerte" comparten algunas características esenciales: aprovechan más las oportunidades, son competentes, tienen confianza en sí mismos y tienden a asumir más riesgos.
Otro detalle importante es que estas personas suelen tener un fuerte sistema de apoyo a su alrededor, aunque esto último no se da en todos los casos.

La misma investigación reveló que las personas "con suerte" muestran elevadas puntuaciones en el factor extroversión de su escala de personalidad. Esto quiere decir que estas personas son más propensas a conocer más gente nueva y a tener grandes grupos de amigos y conocidos. De la misma forma, estas personas puntúan más bajo en la escala de neuroticismo, lo que indica que tienden a experimentar menos estados negativos como la ansiedad, la ira, la culpa y la depresión.


Estos conceptos nos indican que quizás deberíamos cambiar la idea que tenemos de lo que es la suerte. Dejar de pensar que se encuentra fuera de nosotros y comenzar a imaginar que la suerte también es una actitud ante la vida.


¿Como atraer la suerte?

Después de realizado dicho estudio y visto los resultados los investigadores dan algunos consejos para atraer la suerte:

  • Romper la rutina: conocer personas nuevas, emprender caminos diferentes para llegar al mismo lugar y ábrete a las oportunidades, incluso si son del todo desconocidas.

  • Convertir lo negativo en positivo: si sucede algo malo, piensa que pudo haber sido peor y trata de sacar lo más positivo de este hecho, aunque sea tan solo una enseñanza para el futuro.

  • Confía en tu instinto: en muchas ocasiones es el instinto quien nos conduce a tomar las mejores decisiones por lo tanto, deberíamos aprender a escucharlo más.

  • Plantéate metas elevadas pero realizables: ponte objetivos elevados que demanden persistencia y esfuerzo pero que puedan ser alcanzados. Poner el listón alto en ocasiones es todo lo que necesitas para tener suerte.



Hombres infieles ¿cuales son los motivos?


Está claro que tanto hombres como mujeres son infieles, pero sin dudas son los primeros los que reinciden en mayor número.
Investigadores de la Universidad de Neurociencias de Gotinga, Alemania, examinaron a más de 3000 hombres que reconocieron haber sido infieles en algún momento.
Un estudio revela las causas de este comportamiento y porque razones son proclives a engañar a sus parejas. Veamos cuales son...



Menos inteligencia

Esta demostrado científicamente que los hombres infieles no son tan inteligentes. La explicación es que la historia de la evolución de la monogamia se considera un concepto todavía nuevo, y el hombre más inteligente entiende esto más claramente que los menos inteligentes. Además, el hombre inteligente pueden reconocer las ventajas que les proporciona una relación exclusiva y no son tan proclives a ponerla en peligro.


Tener poder

Hay hombres infieles en todas las clases sociales y niveles salariales (al igual que las mujeres infieles). Pero los hombres que tienen un gran poder profesional tienden a engañar más a sus parejas. Las razones son, la sensación adictiva de poder y la constante confirmación de su propio éxito en el área laboral, que los lleva a buscar la misma situación fuera de la pareja, es decir con otras mujeres.


La rutina

Es bueno estar juntos tirados en el sofá y hacer zapping en la televisión. Pero si sus planes del fin de semana son siempre los mismos, entonces existe un gran peligro de infidelidad. En los hombres que llevan una relación rutinaria se refuerza el sentimiento de ser admirado porque anhelan con urgencia la autoafirmación.


Diferencia salarial

De acuerdo a un estudio de la Universidad de Cornell en Estados Unidos, los hombres que son dependientes económicamente de la mujer son cinco veces más proclives a ser infieles que los hombres que tienen ingresos similares o superiores al de su pareja.


La crisis del tercer año

Si creías que el séptimo año de relación es el más crítico, te equivocas. Según los resultados del estudio de la Universidad de Gotinga que examinó, como dijimos, a más de 3000 infieles, nos revela que el peligro de cometer una infidelidad es mucho más probable en el tercer año de la vida en pareja.


Frustración laboral o personal

Un efecto de una frustración laboral o personal es también la disminución de la pasión en muchas relaciones sólidas. En estos casos el erotismo se evapora en grandes proporciones a la hora del amor, y la tasa de infidelidad aumenta dramáticamente.


Vivir en ciudades grandes

La infidelidad ocurre en todos lados, pero la tasa de infidelidad de hombres que viven en grandes ciudades es mayor de los que viven en ciudades pequeñas. La ventaja de no ser descubiertos les brinda la gran oportunidad de ser infiles reiteradas veces.


Miedo al compromiso

Es verdad que los hombres anhelan tener una relación estable y segura con una mujer, pero también, su miedo a ser dependientes de una relación monógama los lleva a optar por relaciones ocasionales en dónde las ataduras no son tela de juicio.


El embarazo

Cuando la mujer está embarazada, la posibilidad de infidelidad de su pareja se quintuplica... pero cuidado!, en este caso el hombre se convierte en infiel sólo si ya habían problemas anteriores en la pareja.



¿Qué dice de nosotros la música que escuchamos?


Un grupo de investigadores de la Universidad de Texas ha demostrado científicamente que las preferencias musicales de las personas definen su carácter y personalidad. Veamos algunos ejemplos...



Las personas amantes del "rock n' roll" son por lo general, positivos, muy activos, alegres, amantes de la velocidad e inteligentes. Y habitualmente piensan que quienes no tienen sus mismos gustos musicales son "incultos".

Quienes gustan del "blues" o del "jazz" tiene grandes posibilidades de ser una persona imaginativa, tolerante, liberal y abierta a experiencias nuevas.

Las personas que gustan de la música "romántica" posiblemente sean soñadoras, enamoradizas, a veces impulsivas, bastante ordenadas con las cuestiones del hogar y por lo general gustan de algún tipo de arte plástica como por ejemplo la pintura, la escultura, la fotografía, etc.

Los amantes del "heavy metal" probablemente posean elevada inteligencia, además de especialmente curiosos, amante de los deportes y frecuentemente también son líderes de grupos sociales.

Si en cambio sus gustos van por el lado del "hip-hop" o del "funky" seguramente estemos hablando de una persona extrovertida, locuaz, enérgica y poseedor de una elevada autoestima.

Quienes gustan de la música más "popular" o "baladas" suelen ser personas mas conservadoras, felices, agradables y a veces emocionalmente inestables.


¿...Y como se utiliza esto en los negocios?

Tal es así que los especialistas en marketing y creativos publicitarios tienen muy en cuenta este tipo de características sobre los gustos musicales de la gente y las aplican sin que nosotros nos demos cuenta, esta comprobado científicamente que utilizar canciones románticas como música de fondo en un negocio dónde preferentemente vendan regalos para parejas, por ejemplo flores, hace que la clientela, sobretodo la masculina, gaste más dinero.



Esos sucios objetos que utilizamos a diario

Las personas sabemos que diariamente estamos en contacto con miles de bacterias, sin embargo muchas veces estas bacterias están donde menos nos imaginamos. Lógicamente, creemos que los baños son uno de los lugares más sucios, eso hace que los limpiemos con mayor frecuencia y profundidad. La cuestión es que existen objetos que manejamos a diario, cuya limpieza dejamos de lado y que en algunos casos acumulan mas bacterias que la suela de los zapatos. Veamos algunos...



Control remoto (de Tv u otros dispositivos)

Es uno de los objetos más sucios que usamos diariamente, pues lo tocamos después de llegar de la calle o después de acariciar a nuestra mascota, sólo por poner algunos ejemplos; esto sin contar que no somos los únicos que utilizan el control y que nuestras manos producen más de 250 mil bacterias distintas.
Lo ideal para no ser afectados por la contaminación del control remoto, es limpiarlo frecuentemente con algún paño húmedo y desinfectante, no utilices ningún líquido directamente sobre el aparato, ya que puede descomponerlo. Asegúrate que el limpiador que uses no sea abrasivo.
Algunas personas prefieren cubrir los controles con fundas de plástico que sean más fácil de lavar, pero lo mejor, es lavarse bien las manos antes y después de usarlo.


Teclado del ordenador

Algunas investigaciones señalan que el teclado puede contener hasta 33 mil bacterias por centímetro cuadrado. Esto se ocasiona principalmente por comer sobre él y por la falta de higiene de algunas personas que no se lavan las manos después de ir al baño o antes de encender la computadora.
Para mantener limpia la computadora primero debes apagarla y esperar a que se enfríe, pues un ambiente cálido contribuye a la proliferación de bacterias, después limpia con un paño que no deje pelusa, puedes mojarlo con un poco de alcohol.


Teléfono celular

Normalmente guardamos nuestro teléfono en bolsos o bolsillos del pantalón, lugares donde puede haber monedas sueltas, pañuelos desechables sucios, restos de comida y otros objetos poco higiénicos, además muchas veces al usarlo en la calle lo agarramos con las manos sucias, es por eso que casi todos los teléfonos están llenos de bacterias.
Lo peor es que al estar constantemente en contacto con nuestra cara puede provocarnos desde algunas infecciones en la piel, granos y ampollas hasta algunas enfermedades más graves. Lo mejor es que lo limpies al menos una vez por semana y que procures evitar que esté en contacto con cosas sucias.


Carrito del supermercado

Efectivamente, el lugar donde pones una gran cantidad de alimentos es un nido de bacterias. Las causas son varias, piensa cuántas personas al día agarran el mismo carrito que tú usas, y por supuesto muchas de ellas tienen las manos sucias. Otras personas suben al carrito a sus hijos sin importarles que lleven la ropa o los zapatos sucios.
Y lo peor es que cuando algún alimento escurre o mancha el carrito esa suciedad puede permanecer ahí por meses, pues la mayoría de los supermercados sólo los limpian un par de veces al año. Para evitar en lo posible estas bacterias lo que puedes hacer es limpiar el carro antes de usarlo con una toallita desinfectante, lavarte las manos al llegar a tu casa y antes de guardar la compra, lavar las frutas y verduras de inmediato y limpiar los envases antes de meterlos al refrigerador o en la despensa.


Cajero automático

Piensa en todas las personas que tienen contacto con un cajero automático a diario, el trato con el dinero, las tarjetas, la tinta, manos sucias, etc; para darnos cuenta que al hacer cualquier operación bancaria en dichas máquinas, estamos ante una gran exposición a las bacterias.
En este caso el control de la limpieza del cajero no está en tus manos, por tanto lo mejor que puedes hacer, es lavar tus manos después de utilizarlo o desinfectarlas con algún gel antibacterial.



¿Podemos cambiar nuestro carácter?


¿Es usted una persona tranquila o impulsiva?... ¿ansiosa o tímida?... ¿optimista o pesimista?
Estos son los perfiles que se suelen clasificar a los individuos, y que derivan de seis dimensiones cerebrales que todos tenemos y que definen nuestra forma de ser.


Estas dimensiones son:

La resistencia (capacidad para recobrarse de una adversidad).

La actitud (tiempo que podemos mantener la energía positiva).

La intuición social (habilidad de captar las señales que los demás emiten).

La autoconciencia, la sensibilidad al contexto (regulación de nuestras emociones).

La atención (capacidad de aplicar voluntariamente el entendimiento a un objetivo, tenerlo en cuenta o en consideración).

¿Qué son estas dimensiones?

Son propiedades del cerebro que todos poseemos y que definen nuestro carácter. Por ejemplo, el impulsivo tendría poca atención y una baja autoconciencia. El ansioso, una recuperación lenta, una actitud negativa, poca atención y una gran conciencia. Y el optimista, una mezcla de recuperación rápida con actitud positiva.
En definitiva, todas las categorías que aplicamos a las personas se derivan de la combinación de dichas dimensiones.
Pero no se tratan de unas categorías inamovibles que nos condicionen de por vida. Se trata de una concepción que plantea una gran pregunta. Si podemos cambiar nuestra forma de ser alterando nuestro cerebro, es probable que todos querríamos tener las cualidades concebidas como positivas.


¿Qué diferencia el rasgo personal que nos convierte en lo que somos de aquello que podemos mejorar?

No hay una respuesta simple, pero podría decirse que depende del papel que su carácter juegue en su vida diaria, si es de ayuda o perjudicial. Una cosa es un rasgo y otra cosa lo patológico. Cuando empezamos a pensar que tenemos un problema, es cuando debemos plantearnos que quizá debamos tomar medidas para cambiar.
Es la variedad de perfiles la que permite que el mundo siga funcionando, especialmente en lo que se refiere al entorno laboral. Por ejemplo, una gran intuición social puede ser útil si eres un agente de marketing o publicista, pero no especialmente importante en el caso de un programador informático, que debe tener más atención.


¿Podemos utilizar diferentes prácticas para alterar nuestro cerebro?

Sí, es la llamada neuroplasticidad, que define que podemos cambiar la forma en que nuestro cerebro se comporta a partir de un cambio en nuestra actitud y pensamientos.
Las características de la neuroplasticidad son comunes a todo el mundo, a no ser que exista algún tipo de desorden. La principal diferencia es pasar de guiarnos por los estímulos de nuestro entorno a ser capaces de dirigir nuestra propia vida.
La posibilidad de cambio es una buena noticia para los que piensan que estamos condicionados únicamente por nuestra biología.


Un ejemplo, los niños

Los niños pueden cambiar completamente su comportamiento entre los tres y los nueve años. Aquellos que se habían mostrado miedosos cuando eran pequeños, de repente pueden ser muy extrovertidos, y viceversa: muchos de los que a los tres años hablan sin parar, a los nueve se han convertido en criaturas hurañas.
Es una demostración de que nuestros perfiles no permanecen estables a lo largo del tiempo, sino que cambian incluso en nuestra edad adulta.
Una cuestión muy importante es la forma de comportarse de los padres con sus hijos. Los padres que poseían unas cualidades concretas, como ser más cariñosos, más abiertos, conseguían que los cerebros de sus hijos se moldeasen de esa forma.


El cambio en la adultez

Ha sido en la meditación donde se ha encontrado la mejor herramienta para este cambio personal en la edad adulta, al encontrar una relación directa entre dichas prácticas y el pensamiento positivo. Al principio existían dudas porque no había un marco conceptual donde pudiese encajar, más que nada para apartar este tema del religioso, ya que algunos tipos de meditación están estrechamente relacionadas con determinadas religiones.
Y sin embargo, ahora sí, tenemos un conjunto de investigaciones que proporcionan una base para aceptar de qué forma funciona la meditación ya que, está más que comprobado, la emoción y los procesos internos del cerebro tienen una importancia mayor que lo meramente externo.



Honestos vs Mentirosos


Psicólogos que estudian el comportamiento social de las personas, han realizado una gran cantidad de experimentos para intentar desentrañar cómo funciona en el hombre el hecho de mentir o decir la verdad. Y algunas conclusiones pueden resultarnos sorprendentes. Por ejemplo muchas personas creen que decidir decir la verdad o mentir está dentro de nuestro control consciente.



Investigadores de la Universidad de Harvard, han publicado un artículo según el cual, el ser honesto, el decir la verdad, es automático en algunas personas, para ello registraron la actividad cerebral usando imágenes por resonancia magnética funcional de voluntarios de un experimento mientras tomaban la decisión de mentir o no.


El experimento

A los participantes se les pedía que predijesen el resultado de lanzar una moneda al aire, pero que no lo dijesen hasta que la moneda cayese, con lo que tenían la posibilidad de mentir. Para motivarlos, se les pagaba por predicción correcta. Como control, otro grupo decía sus predicciones antes de que la moneda cayera. Posteriormente los investigadores midieron el nivel de éxito usando la estadística: se identificó a los mentirosos como aquellos que acertaban más de lo que la probabilidad era lógico que permitiese.

Los investigadores habían formulado la hipótesis de que si decidir decir la verdad era un proceso consciente (el resultado de resistir la tentación a mentir) las áreas del cerebro asociadas con el autocontrol y el pensamiento crítico se iluminarían cuando las personas dijesen la verdad. Si fuese automático, esas áreas permanecerían oscuras.

Lo que encontraron es que la honestidad es un proceso automático, pero sólo para algunas personas. Al comparar los escáneres de las pruebas con y sin la oportunidad de engañar, los científicos encontraron que para las personas honestas, el decidir decir la verdad no supone una actividad cerebral extra. Pero para los otros, el grupo deshonesto, tanto mentir como decir la verdad requiere actividad extra en las áreas asociadas con el pensamiento crítico y el auto-control.

Estos hallazgos, el automatismo de algunos actos que se suelen considerar decisiones conscientes, vienen a añadirse a otras investigaciones similares hechas en los últimos tiempos. Por ejemplo, en un artículo reciente psicólogos sociales de la Universidad de Yale (EE.UU.) especializados en respuestas automáticas, afirmaban que incluso nuestros procesos mentales superiores, desde la persistencia a la hora de realizar una actividad a la creación de estereotipos sociales pasando por pararse a ayudar a una persona necesitada, se realizan espontáneamente como respuesta a estímulos ambientales.


Conclusión

El estudio sugiere que la honestidad en particular es automática sólo para algunos, lo que se puede interpretar como que una parte de la población es honesta de forma natural, mientras que a la otra parte le cuesta decir la verdad o no dependiendo de las circunstancias. Esto recuerda a esa idea evolutiva de que los que engañan y los honestos deben coexistir en un porcentaje dado dentro del reino animal.



Estamos estresados ¿realmente lo estamos?


Últimamente la palabra 'estrés' ronda nuestros oídos. Muchas personas la utilizan para expresar sus angustias mientras que otros la utilizan como un pedido de ayuda. Pero... todos quienes dicen estar estresados ¿lo están realmente?



En psicología, se dice que una persona esta estresada cuando percibe que las demandas de su entorno o los retos que se ha impuesto superan sus capacidades para afrontarlos con cierto nivel de éxito. Y sin dudas, esta situación pone en peligro su estabilidad emocional.

Si miramos bien esta perspectiva podremos comprender que realmente muchas de las situaciones que calificaríamos como estresantes, no lo son en realidad. Es decir, podríamos calificarlas como pesadas, laboriosas, indeseadas o agobiantes pero no estresantes.


El distrés y el eustrés

De hecho, en la Psicología se ha realizado una división del estrés en dos grandes tipologías: el distrés y el eustrés. El distrés es el aspecto negativo del estrés, cuando sentimos que no podemos hacerle frente a determinada situación ya que estamos desbordados por sus demandas.

En cambio, el eustrés sería el estrés positivo, es decir, aquel que nos permite adaptarnos a los cambios y reaccionar rápidamente y con mayor fuerza ante los problemas y peligros que debemos enfrentar. Sería una especie de actitud innata de lucha o defensa que hemos adquirido de nuestros lejanos antepasados y que no solo ha ayudado a perpetuar la especie sino que nos permite dar el máximo de nosotros mismos en determinadas situaciones.

Un ejemplo, numerosas investigaciones han determinado que somos más eficientes cuando tenemos fechas límites. Esto sucede porque percibimos una amenaza del medio y nos activamos para responder ante ella. En nuestro cerebro tienen lugar una serie de cambios que nos permiten estar más alertas y vemos con muchísima más claridad las cosas. Este estado de excitación positiva se denomina eustrés y nos permite quedarnos trabajando hasta tarde en la noche sin sentirnos cansados sino dando el máximo de nosotros mismos. Normalmente, una vez que hemos terminado la tarea, pasamos a nuestro estado normal y nos desconectamos de la situación sin mayores contratiempos.

No obstante, cuando el eustrés se mantiene a lo largo del tiempo puede dar lugar al distrés y aparecen consecuencias negativas para nuestra salud. Tanto es así que se afirma que el 75% de las consultas médicas que se realizan tienen como causa directa o indirecta el estrés.

El hecho de que pasemos días, semanas e incluso meses en este estado de excitación permanente termina minando nuestras defensas, tanto en el orden psíquico como físico. No solo comenzamos a manifestar insomnio, irritabilidad, depresión, ansiedad, sentimientos de desesperanza y pérdida de control así como problemas de memoria y atención sino que podemos experimentar presión alta, aumento de la frecuencia cardiaca, irritación gástrica, disminución de las defensas naturales del organismo y un incremento de la liberación de triglicéridos y colesterol en plasma.

Para comprender el mecanismo del estrés basta con imaginar una motor que funciona a más del máximo de su capacidad. Puede ser que los primeros días resista pero tarde o temprano comenzará a presentar fallas hasta que llega el punto en que se rompe.

Sin embargo, el principal problema no es el distrés en sí mismo sino nuestra incapacidad para reconocer sus primeras señales y detenerlo a tiempo. Por ello es fundamental detectar cuáles son las causas que nos provocan estrés y trabajar en las mismas para eliminarlas de raíz.



¿Cuál es el origen de la letra Ñ?


La letra eñe aparece en la Edad Media coincidiendo con el nacimiento de todas las lenguas derivadas del latín y está presente en algunos idiomas ademas del castellano, que la han adoptado como propia para representar el mismo sonido, algunos de ellos son: aymara, asturiano, extremeño, euskera, filipino, gallego, guaraní, quechua, tagalo, entre otros.
El orígen de esta letra es un tanto curioso, se inventó para ahorrar trabajo...



Efectivamente, en los monasterios y después en las imprentas se tenía la costumbre de economizar letras para ahorrar esfuerzos en las tareas de copiado y colocación de caracteres, tan trabajoso en la antigüedad. Así, la secuencia "nn", común en las palabras de origen latino, fue mutando y se fue imponiendo poco a poco una línea muy pequeña denominada virgulilla encima de una "n" naciendo de esta forma la "ñ".

A modo de ejemplo, la palabra de origen latín 'Hispannia', a partir de la aparición de la lengua castellana y de la letra 'eñe', comienza a escribirse como la conocemos en la actualidad, España.



¿Por qué el ser humano hace música?


Porque es una forma de expresarse, como un lenguaje, una señal de identidad de las personas, no existe ni ha existido cultura a lo largo de la historia que no tenga música. Pensemos en casamientos, fiestas, actos patrióticos o guerras…
Es impensable que exista un rito social o un momento importante en la vida sin música.



¿La música es exclusiva del ser humano?

Hay gente que habla de música para referirse al canto de los pájaros, pero no es lo mismo. El canto de las aves, al igual que los ruidos que emiten otros animales (ladridos, rugidos, etc.) tiene como función la defensa del territorio. Además, desde un punto de vista neurológico, el cerebro de los pájaros y el de los mamíferos no tiene nada que ver.
Ni siquiera el cerebro de animales más cercanos al ser humano, como el chimpancé, tiene ninguna función musical.


¿Cuál es la función de la música?

Su función principal es la de cohesión social ya que a través de ella el grupo se siente unido en un acto o en un estado de ánimo, como pasa con los himnos nacionales o en los conciertos.
Otra función no menos importante es la del vínculo emotivo que crea entre la madre y el hijo. La música modula el estado de ánimo de un bebé ya que este responde muy temprano a ritmos y armonías.


La música como terapia: ¿Qué ocurre en nuestro cerebro?

Ocurre que nuestra mente está continuamente haciendo predicciones de la nota que viene y evaluando si se corresponde o no a lo esperado. Estas dos fases se relacionan con dos "disparos" de dopamina, la molécula del placer, en distintas zonas del cerebro. El primero sucede durante la tensión de un acorde, y el segundo en su resolución, que es cuando llega el placer.

En recientes investigaciones se ha demostrado por ejemplo que a pacientes con afasia, cantando les salen las palabras que no les salen hablando. También se aplica a enfermos de Parkinson, a quienes les cuesta mucho empezar y continuar una acción, como por ejemplo caminar. Una estrategia muy fácil para ayudarlos es ponerles música con mucho ritmo y esto les facilita enormemente el movimiento.

El sistema motor y el auditivo tienen una conexión muy particular, por eso el baile va de la mano de la música en todas las culturas. También los soldados marchan con más facilidad siguiendo un ritmo. Esta conexión no existe entre el sistema motor y la visión. Mirando el péndulo de un reloj no te pones a moverte de lado a lado sin querer, pero cuando escuchas música el cuerpo reacciona de manera inevitable.


¿Por qué los ciegos escuchan mejor?

Porque hay una reorganización cerebral masiva y la región dedicada a la vista se dedica a procesar el sonido. Esta región visual que no recibe ningún estímulo, en vez de atrofiarse o morir, se reaprovecha para nuevas funciones.

Ahora mismo se está estudiando cómo, dónde y por qué ocurre esto. Si los científicos logran comprenderlo en los ciegos, tal vez se pueda aplicar a pacientes con otros trastornos neurológicos. Quizás en 10 ó 20 años se podrá volver a entrenar regiones del cerebro averiadas y hacer que retomen su función.


¿Nos pueden engañar con música?

Sin dudas, sino mirar a quienes juegan en las máquinas llamadas 'tragaperras' que se encuentran generalmente en casinos y bares.
La única función del sonido musical de estas máquinas es confundir al cerebro.
Un reciente estudio ha demostrado que el sonido tiene la función de engañar la sensatez del jugador, conseguir que siga jugando y que sobredimensione los premios.
¿Cómo?... Muy sencillo.
Cuando el apostador gana, aunque sea una cifra miserable, la máquina lo celebra de forma ruidosa.
El estudio asegura que la mente no es inmune a estas manifestaciones sonoras de alegría.
La conclusión de la investigación es que los sonidos ayudan a la diversión que provee el juego, esta "música" lleva también a dimensionar de forma exagerada las ganancias. Ambos impactos combinados pueden ocasionar adicción al juego ya que aumenta la perseverancia del jugador.



Los 5 países más chicos del mundo


La ciudad del Vaticano es el país más pequeño del mundo. Con una extensión de 0,436 km², en el cual viven unos 900 habitantes acostumbrados a recibir millones de turistas todos los años. Solo la Basílica y la plaza de San Pedro, ocupan el 20% de la superficie de esta ciudad-estado.




El segundo lugar y con apenas 2 km² de superficie, se ubica el Principado de Mónaco, que con sus 35 mil habitantes es también el estado más densamente poblado de la tierra.




El tercer país más pequeño del mundo, con 21 km² de territorio se ubica Nauru, en el Océano Pacífico, es un estado de Micronesia que comprende una única isla, justo al sur de la línea del ecuador.




Tuvalu, perteneciente a la región de Polinesia, ocupa la cuarta posición del ranking y es, además con sus 1000 residentes, la nación independiente con menor número de habitantes del mundo.




Los 61 km² de la República de San Marino, la convierten en el quinto país independiente más pequeño del mundo, que además cuenta con una población de 32 mil habitantes.




¿Estamos diseñados para ser felices?


La respuesta es NO. La ley suprema del funcionamiento de nuestro cerebro es mantenernos vivos.
Y eso, en su esencia, implica lucha, dolor, angustia y sufrimiento.
Nuestro cerebro, producto de miles y miles de años de evolución biológica y construido a golpes de azar y determinantes ambientales, solo contiene un mandato máximo, el de la supervivencia.



Toda interacción nuestra con el mundo, toda lucha por la persecución de un objetivo conlleva placer o dolor y eso nos aleja de la felicidad. Y esto se debe a que todo cuanto vemos, tocamos, oímos u olemos o gustamos es filtrado, antes de alcanzar la conciencia y la construcción del pensamiento, por nuestro cerebro emocional, en donde a esa información sensorial se le da la impronta de bueno o malo, de placentero o doloroso. Y ese mecanismo es el centro y el origen de la infelicidad y el sufrimiento.

La felicidad no es más que una idea sin más existencia que la que puede tener un sueño. Una idea, sin embargo, que abarca toda la conducta humana desde los tiempos del pensamiento mágico y lo sobrenatural, hasta ahora mismo que estamos entrando más de lleno en el pensamiento que podríamos llamar crítico. Una idea si se quiere, eso es cierto, universal, como bien pudiera pensarse que es la idea de Dios pues ambas vienen impregnadas de profundas emociones y sentimientos. Pero frente a la idea de Dios, que no es verdaderamente universal, sí lo es en cambio la idea de felicidad.
A la felicidad aspira todo el mundo, independientemente de raza, cultura, pensamiento, sociedad o lugar escondido del planeta. Todo el mundo, sin excepción alguna aspira, de un modo u otro, a huir del sufrimiento y abrazar la felicidad y construir su vida alrededor de esa idea. No es así para la idea de Dios en donde dos tercios de la humanidad, buscando y aspirando a ser verdadera y humanamente feliz, no aspira, ni tiene ninguna necesidad de un Dios que casi siempre instrumenta alguien o muchos para su propio beneficio. La felicidad es posiblemente la única idea, la única palabra, verdaderamente universal.

Es así que la felicidad se convierte en una búsqueda y un peregrinaje constante sin que nadie haya alcanzado a encontrar lo que buscaba. La felicidad de este modo, la felicidad humana, queda reducida a "momentos", a "parpadeos" de felicidad.
A un vuelo fugaz como aquellos que a veces se experimentan si te encuentras con casi todas las necesidades satisfechas, lejos del dolor, el miedo, las angustias y ambiciones y aún lejos de tu propio yo (centro de toda infelicidad) que por segundos puede quedar diluido en el entorno. Esos segundos sí serían segundos de felicidad.

La vida humana entonces, lucha, actividad, curiosidad, un hacer constante del mundo, lo que implica infelicidad. La infelicidad, así entendida, es intrínseca a la vida humana. La felicidad, por el contrario no lo es. Y es curioso el que la verdadera idea de felicidad, su consecución, reside precisamente en el sufrimiento.
El sufrimiento se convierte así en un motor, una catapulta, una energía que nos mueve para intentar alcanzar algún parpadeo de felicidad. Una aspiración humana a la que solo aquellos que se bastan a sí mismo son capaces de aproximarse más largamente. Una aspiración a la que debe aplicarse una regla de oro que es aquella de no pretender conseguir nunca felicidad, si esta es a costa de la felicidad de los demás. Y una paradoja añadida. Esos parpadeos de felicidad que llega a disfrutar el hombre de hoy, y no un esclavo en otros tiempos, se deben precisamente al esfuerzo de hombres infelices, inquietos, con desazón y lucha constante por cambiar el mundo.



Cuando las buenas ideas nos sorprenden


Imagínate que estás acostado casi dormido o en medio de una ducha y ¡eureka!... obtienes de la nada la solución a un problema que te había traído más de un dolor de cabeza durante los últimos días. Si esto te ha ocurrido alguna vez, tu caso no es único. Es de lo más común y de lo más humano concebir las mejores ideas cuando precisamente menos las esperamos.



Tal es el caso que una compañía estadounidense, consciente de que la ducha suele ser un momento en el que se gestan muchas buenas ideas, que ha lanzado un producto sorprendente, se llama 'Aquanotes', un juego de bloc y bolígrafo resistentes al agua para colocar en la ducha y tener así a mano una pequeña libreta donde apuntar para no olvidarse.

El doctor de la Sociedad Española de Neurología, Carlos Tejero, explica que el hecho de que las ideas aparezcan en la ducha, conciliando el sueño, dormitando a bordo de un avión, en definitiva, cuando bajamos la guardia, tiene su explicación neurológica. "El cerebro tiene su propio filtro que ayuda a organizar y a establecer prioridades dentro de nuestra conciencia. Así, mientras estamos con cosas que en ese momento ocupan la zona más potente de nuestra conciencia, el cerebro anda trabajando en otros temas pero a un nivel que no percibimos… Sin embargo, cuando vamos a dormir, cuando nos relajamos o cuando nos distraemos de aquello que ha sido prioritario hasta entonces es cuando vienen a nuestra conciencia temas que habíamos dejado a un costado pero que siempre habían estado ahí".


El cerebro procesa información las 24 horas

El hecho es que la mente no se apaga nunca, ni siquiera cuando dormimos. Sucede porque los procesos neurológicos no pueden parar. Lo queramos o no, el cerebro procesa todo lo que nos ocurre y hace sus asociaciones y genera sus claves. "Tenemos un sistema de codificación de la información de sensaciones que podemos identificar dentro de nuestro sistema de almacenaje de manera que cuando escuchamos una canción, vemos a alguien conocido o no, nos puede remitir a una información que se convierte en una idea por asociación a otras vivencias", explica Tejero, que añade que "hagamos lo que hagamos, los pensamientos siempre van dando vueltas. Incluso aquellos que no quisieramos que anduvieran por ahí. Pero no somos capaces de desprendernos de ellos porque nuestro cerebro sitúa en lo más alto de las prioridades los aspectos que sostienen mayor carga afectiva".

La psicóloga e investigadora Alicia Izquierdo, explica de forma parecida el proceso. Según ella, las ideas aparecen como consecuencia de un estado emocional definido como flow. "Lo estudia la Psicología Positiva, cuyo máximo representante es Mihaly Csikszentmihalyi, quien define el flow como un estado emocional a mitad de camino entre la ansiedad y la relajación, que permite la entrada de ideas que van dando vueltas en nuestra mente, sin tener un momento adecuado ni preciso para aflorar", explica.



Las claves para ser feliz según Harvard


Sin dudas que uno de los anhelos mas grandes del ser humano es "ser feliz", pero muchas veces nos resulta difícil alcanzar este estado. Por esto, la Universidad de Harvard diseñó un curso que ayuda a conseguir la felicidad, dicha cátedra se ha convertido en una de las más populares de esa prestigiosa casa de estudios.
El curso se llama "Mayor felicidad" y es dictado por Tal Ben-Shahar, un israelí experto en psicología positiva, cada semestre 1.400 alumnos de diferentes carreras se inscriben en él.
En dicha cátedra, Ben-Shahar, también conocido como el gurú de la felicidad, entrega 13 consejos que contribuyen a alcanzarla. Son tips sencillos y fáciles de seguir.
Estos son:



1.- Realiza algún tipo de ejercicio físico:

Los expertos aseguran que hacer actividad física es igual de bueno que tomar un antidepresivo para mejorar el ánimo. Treinta minutos de ejercicio es el mejor antídoto contra la tristeza y el estrés.


2.- Tomar un buen desayuno:

Algunas personas se saltan el desayuno porque no tienen tiempo o porque no quieren engordar. Estudios demuestran que desayunar ayuda a tener energía, pensar y desempeñar exitosamente las actividades.


3.- Agradece a la vida todo lo bueno que tienes:

Escribe en un papel 10 cosas que tienes en tu vida que te dan felicidad. Cuando hacemos una lista de gratitud nos obligamos a enfocarnos en cosas buenas.


4.- Exprésate, transmite lo que piensas:

Pide lo que quieras y di lo que piensas. Está demostrado que esto ayuda a mejorar la autoestima. Ser dejado y aguantar en silencio todo lo que te digan y hagan, genera tristeza y desesperanza.


5.- Gasta tu dinero en experiencias no en objetos:

Un estudio descubrió que el 75% de las personas se sentía más feliz cuando invertía su dinero en viajes, cursos y clases. En tanto, sólo el 34% dijo sentirse más feliz cuando compraba cosas.


6.- Enfrenta tus retos:

No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Estudios demuestran que cuanto más postergas algo que sabes que tienes que hacer, más ansiedad y tensión generas. Escribe pequeñas listas semanales de tareas a realizar y cúmplelas.


7.- Pega recuerdos bonitos, frases y fotos de tus seres queridos por todos lados:

Llena tu refrigerador, tu computadora, tu escritorio, tu dormitorio, en fin... tu vida de recuerdos bonitos.


8.- Siempre saluda y sé amable con otras personas:

Más de 100 investigaciones afirman que con sólo sonreír, ya cambia el estado de ánimo.


9.- Usa zapatos que te queden cómodos:

Si te duelen los pies es seguro que te pondrás de mal genio.


10.- Cuida tu postura:

Caminar derecho con los hombros ligeramente hacia atrás y la vista hacia el frente ayuda a mantener un buen estado de ánimo.


11.- Escucha música:

Está comprobado que escuchar música te despierta deseos de cantar y bailar, lo que alegra la vida.


12.- Aliméntate bien:

Lo que consumes tiene un impacto importante en tu estado de ánimo. Por esta razón, lo recomendables es comer algo ligero cada tres o cuatro horas para así mantener los niveles de glucosa estables; no saltarse comidas; evitar el exceso de harinas blancas y el azúcar; comer de todo y variar los alimentos.


13.- Arréglate y siéntete atractivo(a):

El 41% de la gente dice que se siente más feliz cuando piensa que se ve bien.