¿Cambia el dinero nuestra forma de ser?


¿Qué cambia en nosotros el hecho de tener más dinero?... Hay una creencia popular de que la gente que tiene más dinero es tacaña, menos bondadosa y más hipócrita. ¿Es cierto esto?, La Universidad de California ha realizado una investigación.
Veamos cuales son las conclusiones.



En dicha investigación se estudió la relación entre el nivel socioeconómico de las personas y su bondad, amabilidad y compasión hacia el prójimo.

Una parte del experimento consistía en poner a 2 personas a jugar al "Monopoly", un conocido juego de bienes raíces, pero con dinero de verdad.
Uno de los jugadores no tenía posibilidad alguna de ganar ya que los investigadores cambiaron las reglas del juego a favor del otro, por lo cual uno de los participantes ganaba mucho dinero y el otro perdía el suyo.

En una sala contigua, los investigadores observaban la partida, examinando cada expresión emocional de los jugadores. Notaron que al principio, el ganador se sentía incómodo por el hecho de estar ganando mucho dinero, con una expresión de compasión hacia su contrincante.

Pero de pronto todo cambia, y cuanto más dinero acumula el ganador, se le va pasando el malestar y empieza a jactarse del perdedor, a calcular fríamente cada jugada y a actuar despiadadamente frente al que va perdiendo.

Los investigadores concluyeron que, tomando en cuenta otros estudios, la evidencia que se manifiesta en esta investigación sugiere que hay una brecha entre la cantidad de dinero que tiene una persona y su amabilidad.
El hecho de tener más riqueza cambia a la persona para mal, que los ricos son menos empáticos y sienten menos compasión por los demás, son menos éticos y menos solidarios que personas con menos ingresos.

En los últimos años, la desigualdad económica ha sido objeto de varios estudios psicológicos sobre las diferencias entre ricos y pobres.
En algunos de los experimentos más conocidos, los investigadores concluyeron por ejemplo, que conduciendo un automóvil, los ricos son más propensos a no respetar las reglas del tránsito.

"Las individuos adinerados por lo general tienden a darle prioridad a sus propios intereses", explican los investigadores. "Esto los hace más propensos a mostrar características negativas, que generalmente están asociadas a personas insensibles y carentes de solidaridad... otra posibilidad, es que no puedan reconocer las señales de sufrimiento, porque en sus vidas no tienen que luchar con tantos obstáculos como las personas menos favorecidas económicamente".

Vale aclarar que no todos están de acuerdo con este tipo de investigaciones, por ejemplo, algunos señalan que personas como Bill Gates, una de las personas más ricas en el mundo, ha sido uno de los mayores donantes de obras de beneficencia y organizaciones dedicadas a la caridad.